Como parte del programa dedicado a los 500 años de La Habana y en celebración del trigésimo aniversario de Danza Combinatoria, este martes Compañía Rosario Cárdenas, del capitalino Teatro Mella dedicó dos semanas consecutivas a acoger las presentaciones de este conjunto danzario fundado y dirigido por la bailarina, coreógrafa y maestra, de quien toma su actual nombre.
Del 14 al 16 de junio se conjugaron, dentro de una sola presentación, diferentes obras ya emblemáticas de su repertorio. Entre estas se incluyeron fragmentos de Tributo a El monte y María Viván, así como los estrenos absolutos Trazos en aire curvo y La gaviota, todas de la Premio Nacional de Danza 2013. Asimismo, se exhibieron por vez primera Tres, de Osbiel Lazo, y Al final de cada lluvia, de Aris Pino y Gabriel Martínez.
Los días 21, 22 y 23 de junio, en sus horarios habituales y con dirección artística y general de Rosario Cárdenas, la compañía cerró la temporada por todo lo alto con una propuesta totalmente distinta: Deseo, creación coreográfica de Nelson Reguera –ex alumno y bailarín de la también miembro del Consejo Internacional de la Danza– quien, a su vez, realizó el diseño de luces y de vestuario.
Dicha obra se erige, en palabras de sus creadores, como “altar para explorar el deseo que aparece, desaparece y se trueca, desvanece los cuerpos para transfigurarlos en otra sobrenaturaleza”.
Con cinco estrenos en total, en los que la desnudez del cuerpo y la visión de este como instrumento de expresión y vía para impactar al espectador, la agrupación hace gala de la gran fuerza expresiva y corporal que la distinguen, donde la iluminación y la música se unifican para crear una atmósfera que los amantes de esa manifestación artística de seguro habrán disfrutado.
Y es que, dos décadas de experiencia como bailarina en la Compañía Nacional Danza Contemporánea de Cuba, respaldan a Rosario Cárdenas como creadora de un nuevo concepto y teoría que persigue adherir nuevas formas al lenguaje de la danza.
Mediante el desarrollo de tal concepción la reconocida artista y acreedora de reconocimientos internacionales se ha logrado hacer con “su propia metodología de investigación para la enseñanza de la técnica y la composición coreográfica con la cual, a través de la experimentación diaria, ha hecho una definitiva contribución al desarrollo de la danza contemporánea” como afirma el sitio web del conjunto danzario.
Su concepto de la danza se caracteriza por la apertura hacia diferentes posibilidades expresivas que beben de fuentes tan variadas como la poesía, la nueva medicina y las ciencias exactas, siempre poniendo énfasis en el movimiento corporal que aúna “las posibilidades de la técnica con el estudio del cuerpo en su globalidad somática; y desde cuya holística he podido desarrollar mi teoría de la Combinatoria en el movimiento danzario contemporáneo”, explicó.
Por ello, lo de danza combinatoria –denominación que viene de las Matemáticas, específicamente del Análisis Combinatorio que en sus fórmulas incluye combinación, permutación y variación– más que un nombre transmutó en una declaración de intenciones que le ofrece a la artista la libertad de incorporar otros modos y lenguajes a su composición del movimiento, lo cual resultó no solo en una manera más interesante de hacer danza, sino también en una muy original.
