Lograr que los trabajadores desde sus propios colectivos laborales planteen cuáles renglones pueden producir para sustituir la compra en el exterior, es uno de los asuntos primordiales sobre los cuales centran la atención las asambleas con vistas a la proyección del plan y el presupuesto de la economía del año 2020, que se realizan este mes.
La metodología para el proceso actual no establece directivas específicas ni indicadores predefinidos por sectores, de manera que la planificación será mucho más participativa y flexible, expresó Milagro de la Caridad Pérez Caballero, integrante del Secretariado Nacional de la Central de Trabajadores de Cuba.
Para los análisis en esas reuniones —añadió — se toman en consideración las líneas de trabajo definidas por el Ministerio de Economía y Planificación y las prioridades del país. Se trata de romper los esquemas de años anteriores y llevar a cabo un proceso consciente por parte del trabajador con su aporte individual y en lo colectivo a través de las asambleas de afiliados y representantes.
Convocó a incorporar al sector no estatal cuyos trabajadores también son sindicales y por la importancia que reviste la posibilidad de encadenamientos productivos con determinadas actividades que realizan.
El movimiento sindical —comentó— habla hoy de transformaciones sustantivas que deben traducirse en un salto en los resultados económicos, aun cuando el entorno para el 2020 continuará siendo complejo en materia de disponibilidad de divisas y el recrudecimiento del bloqueo impuesto por el Gobierno de los Estados Unidos con la entrada en vigor del Título III de la Ley Helms-Burton.
