Luego de varios análisis exhaustivos sobre el desarrollo del programa de la vivienda en Villa Clara, se reconoce que la cantidad de recursos entregados no se corresponde con el nivel de solución y que no se ha logrado integralidad en el proceso, a pesar de existir experiencias valiosas como la recuperación de la comunidad Emilio Córdova, afectada por el huracán Irma.
La provincia de Villa Clara pierde 2 mil 230 viviendas de su fondo habitacional debido a los últimos eventos meteorológicos, ello indica que existe una agudización de la problemática, que se expresa, además, por el incumplimiento del plan estatal al 16 % hasta el mes de abril y el de subsidios al 9,4 %. No obstante, es meritorio que un 7 % de los inmuebles que se encontraba entre regular y mal estado transitaran a buen estado, producto de las acciones de recuperación de las anteriores afectaciones.
Quedan pendientes, con saldos en los bancos del 2012 al 2017, 2 mil 292 casos de subsidios, con un monto de 31 ,3 millones de pesos. Las indicaciones emitidas refieren que estos inmuebles deben terminarse en tres meses, ello requerirá de un esfuerzo medular que oxigene las acciones realizadas hasta el momento.
Directivos del gobierno provincial han expresado en diversos escenarios que existen 210 locales estatales que serán reconvertidos en viviendas, los que tienen una potencialidad para beneficiar a 777 familias. En este asunto existen reservas, la cifra pudiera ser mayor.
Sin tener en cuenta los municipios pequeños, un simple cálculo matemático da como promedio la entrega de 20 inmuebles por territorio, ello no se corresponde con la infraestructura estatal que puede ajustarse y que muchas veces está subexplotada. Un aporte intencionado de esta variante sería una de las soluciones más viables.
El llamado para aprovecharla está hecho por el Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, quien durante el proceso de recuperación del tornado de La Habana pidió a las empresas de la capital apoyo incondicional y sensibilidad, lo cual ha sido un ejemplo para el país.
Lo importante es construir, no importa la vía, fue la indicación dada por el Comandante de la Revolución Ramiro Valdés Menéndez; mucho más cuando existen altos inventarios de recursos en los patios de materiales, como sucede en Villa Clara.
La realidad es que no se desatan las trabas. La situación no transita únicamente por una infraestructura técnica débil con personal fluctuante, con poca remuneración salarial en las direcciones de la vivienda, sino que en Villa Clara a este importante programa le falta organización.
No siempre se conoce el procedimiento que debe seguirse, lo que ocasiona que se cometan irregularidades. Ello se resuelve con una adecuada comunicación e información de los funcionarios, lo que evita el bien llamado “peloteo”.
La entrega de recursos es un acto que lleva seriedad y responsabilidad, se evidencia que los mecanismos utilizados hasta el momento no han sido ni efectivos ni ágiles ni confiables. Hay quienes llegan a los patios de materiales a buscar recursos con un simple papelito, aunque firmado por un funcionario. Detrás de esto pueden esconderse ilegalidades y se desvirtúa el concepto humanista del programa, el que se ha potenciado como nunca antes por la dirección del país. Lo que se adquiere puede ser desviado a fines no loables ni a quien más lo necesita.
Se impone resolver cuestiones medulares como acercar los materiales a los Consejos Populares. Estas personas, en su mayoría sin recursos y de avanzada edad, deben transitar en la ciudad de Santa Clara, por ejemplo, entre 5 y 8 kilómetros en algunos casos, hasta donde se encuentra el depósito de las planchas, el cemento, la arena, etc. Entonces tienen que pagar transportación a particulares, en ocasiones no existen estibadores, súmese que la entrega de materiales es incompleta: un día las planchas, otro los pourles, las vigas y así… la de nunca acabar.
En cambio, teniendo un local por Consejo Popular, en cualquier entidad que existe funcionando, la propia comunidad apoya, siempre y cuando se convoque; porque lo que sí es cierto es que el apadrinamiento estatal, que ha sido indicado, hasta el momento no ha funcionado con estabilidad. Esa iniciativa de incorporar a las entidades estatales a la construcción de viviendas ha sido lenta, aunque se anuncian acciones puntuales para su organización, y en ello también deben incluirse los sindicatos, tal como indicó Ulises Guilarte De Nacimiento, secretario general de la CTC.
Es evidente que debe aprovecharse la idea del apadrinamiento, el cual ha fluido con efectividad en eventos de trascendencia. En Villa Clara existe experiencia, se sabe cómo enfrentar de forma eficiente la construcción de vivienda más allá de las contingencias, es loable el despegue en la producción de materiales locales, se avanza gradualmente en la construcción de una vivienda por día en los municipios, hay fuerza científica en la Universidad Central de Las Villas para el asesoramiento del programa, están microlocalizados los espacios y concebido el proceso de habitabilidad, lo que hace falta es poner manos a la obra.