Juegos Panamericanos Lima 2019: Remaches de nuestra armadura

A 46 días exactos del inicio de la lid multideportiva de América, intentamos interpretar cuál pudiera ser la actuación cubana en la capital peruana, a partir de los resultados, la historia y el desempeño de nuestros atletas. Unos 40 títulos y poco más de 100 preseas es la cosecha que avizoramos y con la que puede o no estar de acuerdo. Le invitamos a sacar sus propias cuentas

Fiel a su ideario, el deporte cubano alista músculos e intenciones para tratar de entallar una espartana misión en los venideros Juegos Panamericanos Lima 2019. Con una identidad bien definida, conoce que el objetivo de igualar o mejorar el premio de la edición precedente debe sustentarse no solo en el importante refugio de sus memorias, sino también precisa amurallarse en algunos de los deportes que sostienen su coraza.

La lid peruana se antoja como un peligroso ejercicio de supervivencia por la munición que presentarán Estados Unidos, Canadá, Brasil y México, así como por el corte que expondrán los demás contrarios. De ahí lo necesario de valerse de algunos faros que tradicionalmente han iluminado el camino. Un resumen de lo hecho en Guadalajara 2011 y Toronto 2015, junto a nuestro pronóstico puede consultarse. (Ver tabla)

Sobre el ring, la avanzada

No es un secreto que nuestro boxeo es un rival al que cuesta un imperio contener en el cuerpo a cuerpo. Lo anterior se sustenta en su estilo dinámico y mortal, y en un sinfín de logros históricos entre los cuales resaltan cuantiosas medallas olímpicas y mundiales. Sobre el cuadrilátero continental Cuba se anuncia como un terremoto capaz de estremecer la tabla de preseas. Hablar del número de hombres que pudieran coronarse podría resultar peliagudo, ya que algunos de los adversarios de turno cuentan con sólidos argumentos, sin embargo, vaticinamos un feliz  descorche.

Takles y desbalances como punta de lanza

Es difícil no recordar alguna actuación de lucha nacional que no posea arrobas de épica. A su formidable muesca de lograr títulos en todos los Juegos Olímpicos desde Barcelona 1992, se suma su vigoroso andar en citas del orbe y regionales. A Lima arribarán con viento a favor por su contrastada calidad. Además, hace ya algún tiempo son una de las banderas de nuestras comitivas.

La brega en los colchones incas será feroz. A la eficaz escuela estadounidense se sumarán naciones de tradición y otras en pleno ascenso. A pesar de eso la escuadra patria debe ser punta de lanza

Fuerza, filo, remates y goles hieren

Con agallas y acertada agresividad se presentarán la esgrima y las pesas. Inmersos en un período de evolución, podrían ser ases bajo la manga. Los mosqueteros dieron su particular recital en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Barranquilla 2018, en tanto los forzudos añoran alzar una porción de la gloria, que conquistaron en el pasado.

Asimismo podrían agenciarse protagonismo el voleibol en su rama masculina y el balonmano en ambos sexos. Los primeros, si logran la mezcla idónea entre cabeza y corazón. Por su parte el segundo es un acorazado capaz de quebrar el más grueso de los blindajes.

Más combates, más coronas

El judo y el taekwondo son respetados con certeza a nivel panamericano y serán decisivos en el cierre de preseas para nuestra delegación. Nombres como Idalis Ortiz, Iván Silva y Rafael Alba llegan avalados por preseas mundiales y serán guías de equipos que esta vez han tenido excelente fogueo internacional.

Es cierto que cuando se habla de ippones no vivimos épocas de arrasar en todas las divisiones; al tiempo que en el deporte de las patadas voladoras México se atraviesa siempre como una espina mortal. Un botín superior a seis cetros entre los dos deportes sería muy bien recibido por todos.

Deporte rey y sobre ruedas

En el estadio que avaló el mismísimo Usain Bolt, la cosecha debe ser muy similar a la de hace cuatro años, aunque la nómina final que presenten Estados Unidos, México, Canadá y las naciones del Caribe pudieran cerrar o aumentar el rango de nuestros monarcas. La fuerza vuelve a estar en el campo y no en la pista.

Sobre las bicicletas, Arlenis Sierra se antoja como la rutera a derrotar en la prueba más agotadora, mientras en el velódromo subir al podio exigirá una dosis de calidad mayor, que solo las muchachas podrán conseguir de hacerlo casi perfecto.

Mucha agua para remar

Familia de un mismo local de entrenamiento, las miradas son diferentes en cuanto a posibles doradas. Los piragüistas volverán a tener en la canoa su especialidad favorita en espera de alguna sorpresa desde el kayak.

No sucede igual en el remo, que cae en picada en cuanto a posibles campeones, pues la presencia de Ángel Fournier aún es incierta y de asistir no sería igual con pocos meses de preparación.

Acrobacia y puntería, vital energía 

Tras el renacer de la gimnasia artística en el pasado ciclo olímpico, la tarea ahora luce más alta por la mediana capacidad de Manrique Larduet (recién sale de una operación) y el elevado nivel que siempre hay sobre el caballo de salto, las anillas, las barras y las vigas de equilibrio en nuestro continente.  No obstante, el empeño del colectivo de entrenadores y el talento de esos jóvenes hacen que siempre los anotemos para ser laureados.

Con las armas encima y pocas balas en las cartcheras, Leuris Pupo y compañía han demostrado que su aporte de oro siempre llega, por mínimo que parezca. Es de las disciplinas con mayor nivel mundial de los Juegos, de ahí su difícil coronación.

Rey comprometido, Rey puesto

Sin duda que el béisbol, no por último en este análisis, será uno de los más seguidos por nuestro pueblo en Lima, ahora con la filosofía y cábala al mismo tiempo de Rey Vicente Anglada, último director en ganar un torneo panamericano en Río de Janeiro 2007 y que ha inyectado de sangre joven la formación encargada de borrar los dos bronces que todavía saben amargos para muchos.

Por la ubicación del grupo, el sistema de competencia y la ruta vencida en casi cuatro meses de entrenamiento, para el deporte nacional no existe otro compromiso que no sea el título.

Último sprint

El lema que lleva la delegación cubana a los Juegos: Siempre por más encierra ese afán de victorias que ha acompañado a Cuba desde que ascendimos en 1971 al segundo lugar de la tabla de medallas, algo bastante imposible hoy por variables que van desde el nuevo contexto deportivo internacional, el retroceso en algunas disciplinas y la situación socioeconómico del país, de la cual no escapa el deporte. Se aprecia el último sprint. ¿Cómo lo ve usted?

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