Por un país socialista, soberano, participativo, fiel a su historia y defensor de su identidad, abogó el Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, durante un intercambio en el Palacio de la Revolución con los vicepresidentes de los órganos de la Administración Provincial y del municipio especial Isla de la Juventud.
El país que queremos, dijo, tiene que basarse en un desarrollo equilibrado y sostenible, en una prosperidad que armonice con el medio ambiente, en una justa distribución de las riquezas, y donde se le garantice a todo el pueblo servicios de calidad.
En el encuentro – donde también participaron el presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular, Esteban Lazo Hernández, y el primer vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros, Salvador Valdés Mesa – el mandatario habló de practicar la solidaridad; rechazar el egoísmo; repudiar la discriminación social; y defender los derechos de todos los cubanos, no de segmentos exclusivos y privilegiados.
Luego de compartir con los cuadros de los territorios acerca de las dificultades que enfrenta la nación, como el recrudecimiento del bloqueo de Estados Unidos, la persecución financiera, la falta de financiamiento, el desabastecimiento e incluso robos e ilegalidades, Díaz-Canel reiteró las dos prioridades del Gobierno: la preparación para la defensa y la batalla económica, ambas al mismo nivel.
Ante esas circunstancias, subrayó, no retrocederemos en los principios que definió la Revolución cubana desde sus inicios, como la alianza obrero – campesina, el derecho de la tierra para quienes verdaderamente la trabajan, el acceso universal y gratuito a la educación y la salud, así como la propiedad sobre los medios fundamentales de producción.
Durante la reunión – en la que se analizaron temas cardinales para el desarrollo de Cuba, como el cumplimiento del plan de circulación mercantil, el uso de los portadores energéticos y los programas de la vivienda y del autoabastecimiento municipal – el Presidente se refirió a la necesidad de adoptar estilos de trabajo que enfrenten la indolencia, la burocracia, las trabas y la insensibilidad ante los problemas de la gente.
Tenemos que ser sistemáticos, precisó, en la vinculación con los colectivos de trabajo que protagonizan los programas que hoy lleva adelante el país. Igualmente, se debe dar continuidad a los planteamientos de los diputados en la Asamblea Nacional del Poder Popular relacionados con la construcción de viviendas, especialmente los subsidios; el enfrentamiento al robo de combustible; y la producción de alimentos.
Al abordar el tema de la batalla económica que libra la Isla, comentó que resulta imprescindible reforzar las estructuras y los equipos de dirección, con los aportes de especialistas y expertos de las Ciencias Económicas.
Asimismo, quienes dirigen tienen que asumir una actitud proactiva e inteligente, para impulsar soluciones, no trabarlas ni demorarlas. Necesitamos respuestas ágiles y eficientes, indicó.
Entre las tareas ineludibles en la búsqueda de una economía mejor, Díaz-Canel mencionó el fortalecimiento de la empresa estatal socialista; el ordenamiento de la actividad del sector no estatal, sin frenar su desempeño; integrar todos los actores, formas de propiedad y de gestión del entorno económico cubano; hacer más eficiente el proceso inversionista; impulsar la inversión extranjera; exportar más y sustituir exportaciones.
Instó a aprovechar de manera eficiente los valiosos recursos humanos y la fuerza de trabajo calificada y científica formada por la Revolución, a defender la producción nacional e incentivar los programas de desarrollo local en cada territorio.
El Presidente propuso sistematizar este tipo de encuentros con los dirigentes de los territorios para debatir, como sucedió en esta oportunidad, sobre los problemas que se enfrentan en la base y la manera más eficaz de resolverlos. En este primer intercambio, los vicepresidentes de los órganos de la Administración expusieron sus experiencias, negativas y positivas, en cada uno de los programas analizados.
El mandatario cubano expresó a los cuadros de las provincias y de la Isla de la Juventud que es imperioso comprender la situación en que vivimos, asumir con responsabilidad y compromiso todo lo orientado y además defenderlo con la actuación cotidiana.
Trabajemos con el sentido de instalar la cultura del detalle como prácticas de vida – reiteró – venciendo la inercia de los cansados, contagiando de entusiasmo y optimismo a los comprometidos, entendiendo que la belleza del peor momento está en el tamaño de los desafíos.
(Tomado de Presidencia Cuba)