A redoblar el combate contra la contaminación del aire está dedicado este año el Día Mundial del Medio Ambiente, que cada 5 de junio es celebrado internacionalmente desde el 1974 por acuerdo de la Organización de Naciones Unidas.
La contaminación del aire constituye el mayor riesgo ambiental para la salud humana, si se considera que el 92 % de los habitantes del planeta no respira aire limpio y que aproximadamente 7 millones de personas en todo el mundo mueren prematuramente cada año por ese motivo.
Por otra parte, el daño material que causa esa atmósfera viciada le cuesta anualmente a la economía global la fabulosa cifra de cinco billones de dólares en gastos sociales.
Ocasionada principalmente por actividades humanas, la contaminación del aire tiene entre sus primeros responsables diversas labores en las esferas doméstica, la industria, transporte y agricultura, así como los desperdicios.
En los hogares, la principal fuente de contaminación del ambiente es la quema en interiores de combustibles fósiles, madera y otros de biomasa para cocinar, de uso extendido en los países subdesarrollados. En el sector industrial la producción de energía es una fuente muy importante de contaminación, ubicándose en primer término las centrales eléctricas que queman carbón.
El transporte representa casi un cuarto de las emisiones del pernicioso dióxido de carbono relacionadas con la energía, una proporción que está aumentando, mientras que en la agricultura, las dos fuentes principales de contaminación del aire son el ganado y la quema de residuos agrícolas.
La quema de residuos a cielo abierto y los desechos orgánicos en los vertederos liberan a la atmósfera diversos gases contaminantes, estimándose que el 40 % de los residuos a nivel mundial se queman al aire libre, principalmente en los países pobres.
Fenómenos naturales como las erupciones volcánicas y tormentas de polvo también ocasionan contaminación ambiental, aunque de mucha menor magnitud que aquella originada por acciones humanas.
En su reciente llamado a favor de una acción mundial más decidida contra la contaminación ambiental, el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, ha proclamado:
“Es hora de actuar con contundencia. Mi mensaje a los Gobiernos es claro: gravar la contaminación, dejar de subvencionar los combustibles fósiles y dejar de construir nuevas centrales de carbón. Necesitamos una economía verde, no una economía gris”.