El recrudecimiento del bloqueo económico, comercial y financiero de los Estados Unidos contra Cuba y la creciente hostilidad de la Administración de Donald Trump hacia la Mayor de las Antillas limitan el intercambio cultural entre los pueblos de ambas naciones, hecho que se hace tangible con el afamado Septeto Santiaguero (SS).
La agrupación, con sede en la suroriental ciudad de Santiago de Cuba, nominada en seis ocasiones a los Premios Grammy y ganadora del cotizado galardón en dos oportunidades (2015 y 2018), ha tenido que enfrentarse este año al dilatado y tortuoso proceso de solicitud de visa —por un tercer país— que se les impone a las personas naturales y jurídicas cubanas.
“El tema de concretar presentaciones en Estados Unidos se vuelve muy complicado y eso genera mucha incertidumbre e inseguridad en los empresarios del mundo de la música”, comentó Fernando Dewar, director del SS, agrupación que en años precedentes había actuado con éxito de público y la crítica en locaciones de Nueva York, Boston, Chicago, Nueva Orleans, entre otras.
“La demanda existe, explica Dewar, el interés por escuchar las propuestas cubanas, por bailar con nuestros ritmos, por intercambiar con los intérpretes de la Isla, no ha disminuido en el público estadounidense, amante de la cultura y que sabe aquilatar algo de tanta valía como la música cubana.
“Ahora mismo, por ejemplo, está latiente una colaboración con la Preservation Hall Jazz Band, de Nueva Orleans, pero las barreras que se nos imponen resultan complejas de sortear”, sentenció Fernando Dewar, quien lamentó que la tozudez de un presidente y su camarilla afecten las relaciones de todo tipo entre ambos pueblos, peor aún las culturales.