Recorrer las instalaciones productivas de la capitalina empresa Internacional Cubana de Tabaco (ICT) permite apreciar el empeño y consagración que distinguen a los trabajadores tabacaleros, quienes se afanan cada día por mostrar al mundo la calidad y autenticidad del puro cubano, símbolo de la cultura nacional.
La entidad, perteneciente al grupo Tabacuba y al Imperial Tobacco Group, cuarta compañía tabaquera a nivel internacional, es la única en el país que produce y comercializa tabaco de forma mecanizada; sin embargo, la dedicación que despliegan sus obreros en la elaboración de más de 650 mil unidades diarias demuestra que allí, más que con tecnologías modernas, se trabaja con el corazón.
Con apenas 18 años en operaciones, la ICT ha sabido ganarse un puesto de honor dentro de la centenaria industria tabacalera cubana, y produce anualmente como promedio 150 millones de unidades, que se presentan en 10 marcas con seis formatos y 52 referecias, y que están dirigidas en más del 80 por ciento a la exportación, sobre todo hacia los mercados de Europa, Latinoamerica y algunos de África y Medio Oriente.
De acuerdo con Emilio Delgado Mena, director de producción, la empresa, ubicada en el municipio de Boyeros, labora bajo estrictas normas de calidad y tiene como principal fortaleza la utilización de materia prima completamente de origen cubano y ciento por ciento natural, lo cual la convierte en la emisora del 25 por ciento de los 500 millones de tabaco natural que se comercializan en el mundo, saldo que requiere desplegar un trabajo fuerte e inteligente para insertarse en este mercado.
Pero si bien la calidad de la materia prima, en la cual no se incluye ningún tipo de componente químico, es un aspecto decisorio para el desenvolvimiento del centro, el valor de su colectivo de trabajadores es su motor impulsor, porque en él existe, al decir de Leonardo Socarrás Oliva, director de Recursos Humanos, «una cultura de unión, de hacer bien las cosasy responder al objetivo de la empresa».
Pero lo mejor es que esas características de la masa obrera, compuesta por 335 trabajadores y entre las que son mayoría las mujeres, se están fortaleciendo mediante un movimiento de dignificación lidereado por la administración y el sindicato y con el cual se pretende mejorar continuamente las condiciones de trabajo y afianzar aún más los principales valores del colectivo, tales como el sentido de pertenencia, la solidaridad, la profesionalidad, la laboriosidad y la honradez, bases indiscutibles para el triunfo en cualquier sector.
En la búsqueda de ese objetivo común no puede dejarse de mencionar el empeño que le ha puesto Alberto Ribalta, jefe de uno de los turnos de fabricación, en cuyo diario quehacer al frente de alrededor de 80 mujeres operarias, se sintetizan las mayores virtudes del colectivo obrero de la ICT.
Para este hombre, de rostro afable y hablar sincero y que prefiere mantenerse pegado a la base, tener una comunicación directa con sus trabajadoras, interesarse por su bienestar y hacer que cada día incrementen su amor por el trabajo sacrificado y honesto, son tareas de primer orden, que traen como resultado la eficiencia en el liado y envasado del tabaco, las dos principales acciones del proceso productivo.
La conducción adecuada del colectivo de la ICT, no solo se revierte en los resultados económicos, sino también en el aporte social de la empresa, cuyos obreros cumplen con el llamado Aporte a la Patria y contribuyen significativamente con el Programa Materno Infantil, acción en la que se destaca la operaria integral Nereida Causse, para quien donar parte de su salario a ese sublime propósito le proporciona una gran satisfacción personal.
Bajo esas premisas de laboriosidad y humanismo opera la Internacional Cubana de Tabaco, que en el 2018 ingresó al sistema bancario nacional más de 19 millones de dólares por concepto de exportaciones, y este año se trazó un plan productivo de 151 millones de unidades de tabaco, por las que se deberán percibir más de 20 mil dólares, de acuerdo con Blas Manuel Fernández, director económico.