Las formas realmente no importan; hay quien escribe una carta, hay quien canta, lee un poema, baila… o marcha por una calle, aun cuando se encuentra “geográficamente” lejos del receptor. “La distancia no merma un mensaje y más si este es fuerte”, dicen todos.
Esa bandera guía y motiva a cientos de cubanos que quieren decir lo que sienten y mostrar su incompatibilidad con las ideas anacrónicas que llueven últimamente sobre la Isla. Cuba, y su gente, siempre ha sido de decir de frente lo que cree; de no aceptar con la cabeza baja seudónimos inventados y, mucho menos, aplicaciones de leyes insensatas como la Helms-Burton.
Por ello, por estos días en Camagüey, como en todo el país, se repudia de diferentes maneras. Los miembros del secretariado provincial de la CTC han realizado matutinos especiales donde, de conjunto con los sindicatos provinciales, hablaron sobre lo que trae consigo esta ley y establecieron su postura de rechazo, como representantes del movimiento sindical, contra la normativa.
Otro día se reunieron en el preuniversitario Álvaro Morell Álvarez alumnos de la Enseñanza Media en el territorio, para rechazar esos últimos intentos injerencistas del Gobierno norteamericano.
Para Magdiel Semper González, estudiante del centro mixto Enrique José Varona, es algo sencillo: “La verdad está de nuestro lado y jamás fallaremos. Ningún cubano digno, martiano y fidelista aceptará humillaciones y las nuevas generaciones no nos entenderemos jamás con aquellos que intentan arrebatarnos lo que es del pueblo”.
El sector educacional promueve conocimientos para que los más jóvenes conozcan la ley, por lo que en las aulas hablan sobre ella, realizan foro-debates, tribunas estudiantiles, y han diseñado un concurso Yo digo no a la Ley Helms-Burton para, a través de la literatura, caricaturas, e investigaciones, ampliar conocimientos y mostrar la clásica irreverencia de los jóvenes hacia directrices como estas.
En los centros de trabajo también se discute sobre los capítulos de la ley, intercambian con juristas. Porque conocer lo que dice es el primer paso para poder repudiar algo que limita la libertad de una nación.
Pero como exclamó la estudiante de noveno grado Melisa Fuentes, mientras participaba en la marcha de reafirmación de los principios que se desarrolló en Camagüey: “Esta tierra siempre ha estado al lado de su pueblo. Si hemos resistido sus injustas medidas por más de seis décadas, por qué piensan que ahora será diferente”.
