Mientras no cese el acoso a Cuba y los absurdos reclamos yanquis de las propiedades que son del pueblo cubano, los santiagueros no dejarán de manifestarse contra la Ley Helms-Burton.
Así lo ratificaron los trabajadores del puerto Guillermón Moncada que, junto al de La Habana, resultó el primero en recibir una demanda en tribunales de Estados Unidos tras la activación del Título III de la menciona Ley Garrote.
En acto público, celebrado en el propio espacio de la rada santiaguera, voces de hombres y mujeres de allí se alzaron para defender su centro laboral, parte de su vida misma, y exponer los argumentos que sostienen el derecho de legítimos dueños del sitio que han visto modernizarse gracias a las inversiones realizadas por el gobierno revolucionario.
Así lo rememoró Mario Sierra, director adjunto de la Empresa de Servicios Portuarios del Oriente, a la que pertenece el Guillermón, quien comparó lo que era antes de 1959 ese enclave marítimo —pequeños espigones de madera y vetustos almacenes— y lo que hoy existe, incluida la moderna terminal multipropósito que en breves días será oficialmente inaugurada.
Portuarios de larga data en esos menesteres, entre ellos Jorge Ramis y Juan Antonio Sarguera, patentizaron la voluntad colectiva de defender, bajo cualquier circunstancia, lo conquistado a fuerza de sudor y entrega cotidiana al trabajo, y evocaron las muchas proezas laborales de los llamados “guillermones”, entre estas los récords de carga y descarga de mercancías.
También la más joven generación de trabajadores de ese gremio, como Mariucha Lenzano y Walter Niuvó, dejó en claro que son continuidad de la obra grande la revolución, e igualmente condenan la Helms-Burton y tienen plena disposición de luchar, si fuera preciso con las armas en las manos, por aquello que les pertenece.
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