Está confirmada la presencia del caracol gigante africano en la nororiental provincia de Las Tunas, pero ¿quién dice que hay alarma? Aquí, como en Cuba entera, el ajetreo de las autoridades se intensifica ante cualquier amenaza, y los trabajadores, las organizaciones sociales y de masas, organismos e instituciones funden un bastión y comienza la batalla.
Y así es desde el pasado domingo, cuando una vecina del reparto Velázquez, en la ciudad capital, comunicó el hallazgo de un ejemplar en el patio de su casa y “desde ese mismo momento activamos el grupo multidisciplinario eventual encargado del enfrentamiento”, confirma Odalys Peralta Cervantes, jefa del Departamento Provincial de Sanidad Vegetal.
Destaca que aúnan esfuerzos las autoridades del Partido y del gobierno junto con especialistas de varias instituciones, y menciona al Citma, la Salud, Defensa Civil, Planificación Física, los Comités de Defensa de la Revolución, la Federación de Mujeres Cubanas, Servicios Comunales, la Sociedad Yoruba, la Asociación de Iglesias, “así unidos es como estamos acostumbrados a trabajar las contingencias”, enfatiza.
Asegura que no hay reportes de hallazgos de este molusco en otros territorios de la provincia, pero invita a aumentar la vigilancia y al menor indicio informarlo al grupo, cuyos especialistas están capacitados para efectuar el reconocimiento.
Dijo que en estas acciones los colectivos laborales y los vecinos de todas las comunidades son un eslabón importante en la cadena combativa, que incluye, por supuesto, su detección y el tratamiento con sal y cal antes de incinerar y enterrar los restos.
La especialista advierte que la actual etapa del año, matizada por la lluvia y las altas temperaturas, favorece la diseminación del flagelo y que por eso hay que extremar la vigilancia.
También el plan de enfrentamiento comprende conferencias, videos, barrio-debates, conversatorios sobre esta plaga en zonas residenciales, centros de trabajo, escuelas y programas en vivo en la televisión y la radio para disertar sobre el tema…, “porque es vital que las personas sean capaces de identificarla y realizar la labor preventiva que la situación amerita”.
Subraya que con esa perspectiva trabajan para acorralar al intruso huésped y ponerlo fuera de combate como es tradicional en Cuba.
Y puntualiza que estas acciones se integran al Plan País y que desde la detención del peligroso molusco en el archipiélago, el Centro Nacional de Sanidad Vegetal, adscripto al Ministerio de la Agricultura, emitió un aviso de plaga, en el cual explica que este animal está en la lista de las 100 especies exóticas invasoras más dañinas a nivel mundial.
El calificativo obedece, según la alerta, a su dieta polífaga de más de 200 especies de plantas, entre ellas varios cultivos (cítricos, coco, plátano, arroz, hortalizas, ornamentales y otros); su alta resistencia a las variables ambientales, alto potencial reproductivo que favorece su dispersión, y el impacto que puede ocasionar sobre la flora y fauna, desplazando a las poblaciones de caracoles nativos por competir por el mismo hábitat.
Y significa que, además, puede actuar como huésped de nemátodos del género Angyostrongylus de importancia médica y veterinaria, causantes de meningoencefalitis eosinofila y angiostrongilosis abdominal.
En definitiva, no hay alarma, sino actuación consciente y comprometida para crear un valladar infranqueable al invasor.