Ocupó una de las manzanas trazadas originalmente durante la fundación de la villa Fernandina de Jagua, hoy ciudad de Cienfuegos. Fue el edificio insignia de la hotelería en la otrora provincia de Las Villas en las décadas de los cincuenta y sesenta del siglo pasado.
El hotel San Carlos era ─y aún lo es─ emblemático, quizás por su posición en la avenida que le da nombre, justo en el corazón mismo de la Perla del Sur.
Cuenta la historia que en el periódico cienfueguero El Comercio se anunció, en la edición del 6 de diciembre de 1921, que se construiría ese edificio. La inversión fue asumida por el acaudalado Antonio Mata, quien decidió incorporarlo a sus propiedades, junto con el también muy conocido Ciervo de Oro, en una de las arterias cercanas al parque José Martí.
Fue inaugurado con 41 habitaciones y cuatro niveles estructurales. En el año 1924 le agregaron dos pisos más, uno dedicado a acoger huéspedes y otro, el último, para un bar que hasta mucho después resultó punto de reunión y de esparcimiento para infinidad de cienfuegueros.
En el 1925 el San Carlos era el punto más alto de la ciudad.
Según refieren algunos viejos residentes en Cienfuegos, después del triunfo revolucionario Antonio Mata y su familia emigraron a los Estados Unidos. La instalación hotelera, obviamente, pasó a ser propiedad estatal y funcionó de manera estable por algunos años, hasta que el deterioro notable hizo que se convirtiera en una verdadera ruina, acrecentado por el denominado período especial y la crisis de los años noventa a causa de la desintegración de la antigua Unión Soviética y el derrumbe del campo socialista.
Entonces, el hotel San Carlos quedó con sus puertas cerradas por tiempo indefinido.
Nadie hablaba de él en La Florida, ni siquiera los integrantes de la familia Mata.
La inversión para afrontar el proceso de restauración requería una cifra millonaria.
Los cienfuegueros vieron que un día del año 2005 comenzaron a acarrear materiales para la céntrica avenida y la calle aledaña más cercana. Comenzó la ejecución de los trabajos de rehabilitación del hotel San Carlos por la Corporación Cimex.
Fue intenso el trabajo. Y eso me consta porque la Casa de la Prensa, adonde concurría con regularidad, estaba ubicada en un sitio muy cercano y me permitía apreciar las labores.
El 14 de enero del 2018 reabrió sus puertas, administrado por la firma española Meliá Hotels International, de conjunto con la cubana Gran Caribe. El inmueble quedó, sencillamente, precioso y con mucho confort.
Pero ahora, activado el Título III de la Ley Helms-Burton, la familia Mata estableció una reclamación en la corte federal del Distrito Sur de la Florida, para pedir compensación. ¿Qué buscan: dinero, como siempre? ¿Por qué ahora y no antes?
La fiebre financiera de los capitalistas les ha reavivado la demencia, apoyada por la voluntad gubernamental del insensato presidente de la nación más poderosa económica y militarmente del mundo.
Pero, ¿de quién es realmente el hotel San Carlos? La respuesta es una: de los cubanos de Cuba, de los que no se fueron; de los que prefirieron quedarse; de los que laboran allí, personas humildes y no acaudaladas; de los que pasamos todos los días por esa calle y admiramos la belleza de la fachada y del lobby, ambos restaurados por voluntad del Estado…
Como dijo un cienfueguero hoy cuando me paré frente a la instalación: “¡Qué vengan los Mata a recuperarlo! ¡Ellos van a saber lo que es bueno! ¡Ese hotel es de nosotros!”.