Jacobo Torres de León, secretario de Relaciones Internacionales de la Central Socialista Bolivariana de Trabajadores (CSBT), estuvo entre los invitados a las sesiones del XXI Congreso de la CTC. En aparte con Trabajadores agradeció la solidaridad y las numerosas muestras de afecto a la Revolución Bolivariana y al presidente obrero Nicolás Maduro Moros.
Interrogado acerca de los vericuetos transitados por el sindicalismo para construir la unidad, afirma que la creación de la CSBT fue “un gran logro”, y que hoy es la organización mayoritaria entre las de su tipo en el país, con más de 3 millones y medio de venezolanos chavistas afiliados.
“A principios del siglo, el chavismo tenía poca presencia en la vida sindical, analiza. Eso nos obligó a un largo proceso, que empezó en el año 2000 con la creación de la Fuerza Bolivariana de Trabajadores, junto al propio Comandante Hugo Chávez, quien luego nos acicatea a construir la verdadera unidad, conseguida en el 2011 con la fundación de la CSBT.
“En Venezuela tenemos seis centrales sindicales. En el debate con los factores de la derecha nos dimos cuenta de que necesitábamos ser hegemónicos para imponer el rol que nos correspondía como clase obrera en el contexto de una fuerte confrontación política local y con los imperialistas.
“Fue así que decidimos fundar la Central Sindical que acompañaría a la Revolución. Con el tiempo hemos ido creciendo en afiliados y hemos desplazado a las demás organizaciones. Las corrientes internas del chavismo sindical terminaron unificadas en la CSBT. Entre nosotros no cabe quien no esté comprometido con la Revolución, el presidente Maduro y la construcción de una dirección colectiva.
¿Cuál es el rol de los sindicatos chavistas hoy?
“En Venezuela estamos dando ese debate acerca de nuestro rol en la sociedad socialista. Hemos entrado a una etapa en la que necesitamos romper, de una vez por todas, con el modelo capitalista que ha devenido camisa de fuerza para la Revolución.
“Desde la CSBT hemos insistido en que no basta mencionar el socialismo como ideología, hay que ir a hechos concretos. El presidente Maduro, quien proviene del sector obrero, ha insistido en que hagamos propuestas clasistas para crear un modelo de gestión que nos permita dar el salto en la construcción real y objetiva de un socialismo a la venezolana, sin copiar a otros.
“Uno de los temas que abordamos con la oposición cuando tratan de estigmatizar la relación Cuba-Venezuela, es que ustedes tienen una forma muy distinta de hacer las cosas. El XXI Congreso de la CTC lo demostró perfectamente. ¿Qué nos iguala? Que los sujetos históricos de ambos procesos son el ser humano y la sociedad en su conjunto, y que nos enfrentamos al modelo individualista capitalista que nos han intentado inocular durante siglos.
“La socialdemocracia hizo mucho daño al sindicalismo en el siglo XX, lo convirtió en un mecanismo de mediatización de las luchas obreras frente a la fuerza avasalladora del capital. Se olvidó aquello de “tomar el cielo por asalto” propuesto por Carlos Marx.
“En Venezuela hemos propuesto algunas cosas, entre estas los Consejos Productivos de Trabajadores, que buscan la colectivización en la toma de decisiones. Actualmente estamos evaluando su papel, así como el de las organizaciones de masas, sindicales y políticas en las empresas. No se trata solamente de luchar por beneficios económicos, sino de producir, distribuir y controlar, en el contexto de la más estricta planificación.
“Otro asunto que nos ocupa es que luego de más de 100 años de explotación petrolera, nos acostumbramos a vivir de ese recurso y descuidamos el desarrollo industrial del país. El Comandante Supremo Hugo Chávez Frías nos dio las herramientas para el momento político que le correspondió. Ahora, bajo nuevos desafíos, tenemos que salir de la rémora e ir a la construcción de ese nuevo modelo. Sin el concurso de la clase obrera no hay producción posible, el reto es avanzar en una sociedad productiva, no rentista.
“A la Revolución Bolivariana la están tumbando desde el 6 de diciembre de 1998. Pasamos por un golpe de Estado en el 2002, después tuvimos un paro petrolero, hemos sufrido provocaciones de todo tipo. La novedad, luego de la siembra del Comandante en el 2013, es la intensificación de la guerra. Ahora han pintado un esquema de supuesta crisis humanitaria para justificar una invasión. Si eso sucediera, primero tendrán que ir contra la clase obrera debido, entre otras razones, al origen de nuestro Presidente”.