Jorge Sarduy Medina es un guajiro cienfueguero de los que llaman “de pura cepa”. Su apego a la tierra le ha dado una sabiduría extraordinaria y su lenguaje, muy peculiar, siempre lleva implícito sabiduría práctica, que, como define la Filosofía, “es el criterio de la verdad”.
Todos los días sale a trabajar en su finca, en la unidad básica de producción agropecuaria (UBPC) El Tabloncito, en el municipio cienfueguero de Cumanayagua. Él es de los convencidos de que solo produciendo se garantizará el abastecimiento adecuado de alimentos a la población y podrán disminuir los precios.
Es un sindicalista ferviente. Y eso, junto con sus resultados productivos, le ha valido para asistir como delegado al XIX, XX y XXI Congresos de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC).
En los tres ha intervenido, tanto en la comisión que le ha correspondido, como en la sesión plenaria. Y su verbo pragmático ─para definirlo de alguna forma─ ha arrancado sonrisas entre los asistentes a esos importantes eventos, pero ha dejado también en la mente de todos la reflexión necesaria.
En el XIX solicitó se entregaran tierras ociosas para producir, y la entregaron. En el XX pidió equipamiento para aumentar la producción y lo asignaron en la medida de las posibilidades de la economía del país. Y en el XXI, recién efectuado en el Palacio de Convenciones de La Habana, fue más allá, y exhortó a utilizar al máximo esos medios y aumentar la producción agrícola, porque el momento así lo exige.
“Hablé ahora de los congresos anteriores y del atrevimiento mío de pedirle a la dirección del país que le pusiera financiamiento a la Agricultura para comprar equipos e implementos. Y todo eso ha llegado, lo que nos compromete hoy más que nunca a producir alimentos para el bienestar del pueblo”, reseñó en conversación con Trabajadores.
“Expresé que ya todo estaba dicho y recogido en la agenda de la Asamblea Nacional, del Ministerio de la Agricultura y de la dirección del país. Dije que se debe sembrar de inmediato 13,42 hectáreas (equivalentes a una caballería) de yuca por cada mil habitantes, igual que de plátano. Expliqué que en Cienfuegos se sembrarán 12 mil hectáreas de maíz para producir 19 mil toneladas. Hablé también de la Empresa de Glucosa (Gidema), de mi provincia, única del país en la que se obtiene un alimento para más de 2 mil niños que no pueden consumir derivados del trigo, el que se produce a partir del maíz”.
“Manifesté que hay que ‘tocar con la mano’ a cada productor para que cumpla lo contratado. Afirmé que detenerse en un error y retroceder una traición al pueblo que necesita todos esos productos del agro para poder consumir una dieta balanceada y segura”.
Sarduy siempre habla con la verdad en las manos y en la mente.