Como una forma de responder al empeño nacional por desarrollar la infraestructura ferroviaria ─propósito ya en ejecución con la entrada al país de un significativo número de equipos─ los más de 22 mil trabajadores de ese sector iniciaron la firma de su Código de ética.
Con sede en los salones del Museo de la Denuncia, en la capital cubana, comenzó la firma, “para reciprocar lo que el país hace por el ferrocarril en función del mejoramiento de las condiciones de vida y de labor”, indicó Fermín Umpierre Iraola, secretario general del Sindicato Nacional de Trabajadores del Transporte y Puertos.
Tras la ceremonia, Eduardo Hernández Becerra, director general de la Unión de Ferrocarriles de Cuba, informó que el Programa de Desarrollo Ferroviario se fundamenta en la modernización de la infraestructura, en especial coches, locomotoras y otros medios; entre ellos los sistemas de comunicación, y sobre todo la preparación y capacitación del capital humano a partir de las nuevas exigencias que tiene el ferrocarril cubano.
“Ya hemos recibido un grupo importante de locomotoras y próximamente deben llegar los primeros coches de pasajeros, a fin de restablecer nacionalmente el servicio de larga distancia”, dijo.
Hernández Becerra informó que Ferrocarriles de Cuba transportó el pasado 6,7 millones de pasajeros, mientras que en el 2019 sumará otro millón solo en las rutas de larga distancia.
Agregó que los nuevos coches permitirán viajes cada tres días a Holguín y a las capitales provinciales de Guantánamo y Granma con 720 pasajeros, así como un viaje cada dos días a Santiago de Cuba. “El objetivo superior ─dijo─ es que cinco trenes salgan cada día de La Habana y una cifra similar llegue diariamente a la capital”.
Este programa pretende además rescatar el confort dentro de los trenes, así como recuperar la calidad de la marcha, reducir el tiempo de viaje e incrementar los servicios comerciales de expreso, buffet , otras atenciones a bordo y revisiones técnicas.
La información recibida por parte de Ferrocarriles de Cuba también señala que los nuevos trenes son de formación mixta; es decir, que cuentan con dos tipos de coches, unos con aire acondicionado y otros con ventanilla.
“Algo muy importante es que el grupo de coches que hoy brindan servicio irían a los talleres para su reparación y se incorporarían a las rutas provinciales. Además, ya probamos el primer ferrobús, que fabricado en Rusia permitirá un significativo beneficio a las zonas rurales del país”, subrayó.
El director general de Ferrocarriles de Cuba refirió asimismo que el programa de rehabilitación ha accionado en la línea central, e indicó que en esa vía se podrá alcanzar la velocidad de diseño en los próximos 5 años.
Según informaciones de prensa, suman ya 43 las locomotoras de maniobras de un total de 75, proceso que se espera culmine para el año 2021. Cada una de las máquinas tiene un costo aproximado de un millón de euros. En el caso de los ferrobuses, fueron diseñados por los rusos con la técnica desarrollada por la Unión de Ferrocarriles de Cuba y con ellos se pretende la sustitución de las carahatas para las transportaciones en zonas rurales y de difícil acceso, como parte del proyecto Birán, impulsado nacionalmente.
Al cierre de 2018, como parte del programa, también llegaron al país procedentes de Rusia 35 silocemento, del total de cien previstos, con una capacidad de volumen de 52 metros cúbicos, y que permitirá aumentar mensualmente en un 65 % la transportación de cemento para este 2019.
De igual forma, desembarcaron en puerto cubano 53 planchas comerciales, con una capacidad de carga de 63 toneladas.
Finalmente Fermín Umpierre, secretario general del sindicato entre los transportistas cubanos, subrayó que la firma del Código de Ética en Ferrocarriles de Cuba podría convertirse en punto de partida para otras ramas del transporte en el país.
