La recuperación de la ganadería estatal constituye uno de los principales retos del sector agropecuario en la actualidad. Mayores resultados y eficiencia devienen metas a lograr.
Tras el período especial, las estructuras existentes sufrieron un recio deterioro, razón por la cual su rescate se impone en la actualidad. En este empeño la unidad empresarial de base Baró, perteneciente a la empresa pecuaria genética Camilo Cienfuegos, ubicada en el municipio de Consolación del Sur, prevé el restablecimiento de sus instalaciones con el fin de acrecentar la producción de carne vacuna en el territorio.
La infraestructura: el primer paso
La entidad posee capacidad total para 6 mil cabezas de ganado. Cada unidad cuenta con 150 metros lineales de comedero, lo que se traduce en 300 ejemplares por nave.
Hasta la fecha la obra ha completado el techado de dos sectores, lo cual da una cobertura de 600 animales. Las proyecciones para el presente año incluyen terminar una tercera instalación para que aumente la capacidad hasta 900 ejemplares y continuar su incremento en la medida de lo posible.
La brigada de construcción ha acometido otras acciones como el mantenimiento constructivo de las estructuras existentes. El suministro de agua no es un obstáculo, pues existe un panel fotovoltaico y pozos de reserva.
La ceba
Jesús Manuel Pagarizabal Valdés, director general de la empresa pecuaria genética Camilo Cienfuegos declaró: “Tenemos un área total de pasto de 1700 hectáreas suficientes para abastecer en un futuro las 6 mil cabezas de ganado para las cuales está diseñada esta entidad. Hoy están en explotación alrededor de 60. A partir de no tener las condiciones necesarias implementamos el pastoreo en horarios frescos, desde las nueve de la noche hasta las diez de la mañana”.
Según indicó el directivo, una vez concluido el horario los animales son trasladados a la nave donde se les garantiza el agua, el forraje, las sales minerales, la miel o la vinaza.
Sobre la cobertura de alimento explicó que la prioridad está en recuperar las tierras destinadas a la ceba de los animales. “El incremento de los animales depende de la recuperación de las áreas forrajeras. En esta campaña debemos llegar a unas 100 hectáreas”, afirmó.
Una alternativa
Entre las inversiones que ejecuta la empresa está la fábrica de pienso criollo Baró, instalada en la propia UEB. Iniciada el 25 de marzo del 2015, la obra prevé la producción de más de 30 toneladas por turno una vez puesta en marcha.
“Como objeto social tendrá la elaboración de pienso criollo sobre la base de forraje y la incorporación de proteínas. La materia prima está prácticamente en la puerta y se puede traer con un carro de caballo. Además, planeamos utilizar subproductos como la cáscara de arroz, plantas proteicas, la caña, el king grass, utilización de la gallinaza, la soya, el maíz y el sorgo, posteriormente puede añadírsele miel o vinaza. El objetivo final es conseguir que la UEB compre materia prima, elabore pienso para su comercialización y para el abasto a la empresa”, agregó Pagarizabal Valdés.
Directivos del territorio proyectan finalizar en el primer cuatrimestre del año la primera fase de la inversión que abarca desde la obra civil hasta la producción de pienso. De esta forma podrán satisfacerse las demandas existentes de alimento animal. Una vez afianzados estos objetivos iniciaría la segunda etapa con el fin de lograr el cargue automatizado o mecánico.
La recuperación progresiva del sector pecuario constituye una meta a largo plazo. No obstante, ya comienzan las primeras acciones en Pinar del Río con el propósito de garantizar el suministro a la industria cárnica, al balance nacional, a la planta procesadora, las cadenas de tiendas y al turismo.
