Sesiona el VI Seminario Internacional de Paz y por la Abolición de las Bases Militares Extranjeras, en Guantánamo. En la bahía de esa ciudad, Estados Unidos mantiene una base naval desde 1903; ese territorio del oriente de Cuba lo ocupa ilegalmente.
Desde el año 2002 también existe allí un campo de concentración, donde el Gobierno estadounidense encierra a personas detenidas en cualquier parte del planeta sin proceso ni trámite legal alguno en franca violación de los derechos humanos, fenómeno que no impacta en buena parte de los ciudadanos de ese país donde la manipulación informativa distrae la atención.
Señala el sitio digital Sputnik News que el Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (SIPRI) publicó recientemente un informe sobre las tendencias mundiales del gasto militar referido al 2018. Concluye que Estados Unidos utilizó 649 mil millones de dólares, un 4,6 % más que el año anterior. El presupuesto militar para este año aprobado por el Senado, alcanza los 716 mil millones.
Según el SIPRI, China ocupa la segunda posición con 250 mil millones de dólares, pero las tensiones a su alrededor crecen. Países como Ucrania o Letonia, de la zona de las antiguas repúblicas soviéticas, aumentan su gasto militar con el pretexto de contener a Moscú, a pesar de que el de Rusia fue de 61 mil 400 millones de dólares el pasado año, un 3,5% menos en comparación a 2017.
Respecto a Latinoamérica, el que más desembolsa por similar concepto es Brasil, con 27 mil 800 millones de dólares. En conjunto, Estados Unidos, China, Arabia Saudita, India y Francia representaron el 60% del gasto mundial en defensa.
Todo indica que la Casa Blanca se prepara para la guerra, los problemas serán resueltos por la fuerza según su conveniencia, la diplomacia dejará de existir para ellos, el Gobierno se va retirando de los tratados y organizaciones internacionales que los pueden obligar a cumplir. Ponen sus leyes por encima de todos, sus sanciones son inapelables.
Se supo recientemente que Washington no ha respondido a la propuesta de Moscú sobre un acuerdo bilateral para la prevención de una guerra nuclear. El Kremlin ha insistido en la retirada total de las armas nucleares estadounidenses de los territorios de los miembros del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), y acusa a Washington de violar el Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP) al realizartransferencias de este tipo de armamentos a Estados no nucleares. Cuando el riesgo crece, incluso el de un accidente nuclear, la cooperación entre el gigante euroasiático y la Alianza Atlántica fue suspendida.
Con relación al Tratado sobre Misiles de Alcance Medio y Corto (INF) parece que dejará de existir a partir de agosto, declaró el 26 de abril el vicecanciller ruso Serguéi Riabkov. En febrero, Rusia anunció que en seis meses se retiraría del acuerdo en respuesta a la decisión estadounidense de abandonarlo.
El Tratado de Reducción de Armas Estratégicas (START), entre Moscú y Washington, limita las armas nucleares desplegadas, debería ser renovado antes del 2021, pero el presidente Donald Trump lo considera un mal acuerdo.
El jefe de la Inteligencia rusa, Serguéi Naryshkin, advirtió el pasado 25 de abril, que hay señales de una operación militar contra Venezuela, plan que no es seguro se llegue a realizar. Países occidentales siguen los mismos patrones utilizados para Libia y Siria, aunque analistas consideran que puede ser que se repita en Venezuela la humillación sufrida por Occidente en Siria.
El ministro de Defensa de Ecuador, Oswaldo Jarrín, comentó hace unos días que se afianza la cooperación con Washington, y anunció junto al jefe del Comando Sur de Estados Unidos, Craig Faller, que su país será sede en el 2020 de maniobras militares en las que también participarán varios países de América Latina.
Recientemente el sitio digital Cubadebate, publicó un artículo donde explica que con fachada de lucha contra el narcotráfico, Estados Unidos mantiene bases en los territorios caribeños de Aruba y Curazao, para operaciones contra procesos de izquierda en América Latina. También se sabe que tiene presencia militar en otros países de la región, entre ellos Brasil, Guyana, Bahamas, Colombia, Perú y Puerto Rico.
La coyuntura internacional se presenta compleja y en ese contexto vale recordar y defender los principios de la Proclama de América Latina y el Caribe como Zona de Paz.