La hermandad de Cuba y Venezuela tiene raíces históricas. Desde Simón Bolívar, que pretendía con la independencia en la región impedir que el imperialismo se lanzara con una fuerza más contra los pueblos de Nuestra América; hasta José Martí, que sin sacudirse el polvo del camino visitó el monumento erigido al Libertador para ponerse a las órdenes de la hermana nación.
Hechos históricos posteriores ilustran la vocación solidaria y el amor a la paz de sus ciudadanos, que encontraron fórmulas inéditas para su materialización en el liderazgo de los comandantes Hugo Chávez Fría y Fidel Castro Ruz, dos próceres que pusieron todo su empeño en procurar la unidad y la complementariedad.
Esos esfuerzos, imprescindibles en el propósito de alcanzar la soberanía y la autodeterminación, ahora están realmente amenazados por la obstinación de ese imperio y de sus lacayos, que retoman viejas doctrinas y tratan de imponer sus hegemónicos designios.
Lo demuestran hoy las arbitrarias medidas adoptadas por la administración de Donald Trump contra Venezuela, Cuba, Nicaragua y otros países que no se arrodillan ante la gran potencia imperial y defienden el derecho a la autodeterminación.
Ahora mismo miles de cubanos comparten, junto al bravo pueblo venezolano, los desafíos constantes, incluso de agresión militar, y lo hacen en acompañamiento decidido en misiones de atención médica, de cultura y de otras que procuran el mejoramiento de la calidad de vida y el bienestar de su población.
Sin embargo, para justificar su rabia los agoreros del gobierno estadounidense levantan falacias sobre una presencia militar cubana, porque a ciencia cierta son incapaces de llevar la luz y el sosiego, y con su propuesta estimulan desacatos, violencia, que son en definitiva atributos del imperio del mal.
En la oriental provincia cubana de Las Tunas, este Primero de Mayo más de 20 mil representantes del sector de la Salud abrieron el desfile en la Plaza de la Revolución Mayor General Vicente García González, en la ciudad capital, y ratificaron el respaldo a los colegas que trabajan en la hermana República Bolivariana de Venezuela, a su Revolución y al presidente constitucional Nicolás Maduro Moro.
Esas muestras de apoyo las expresaron, también, trabajadores de todos los sectores de la sociedad, el pueblo, en ese escenario y en los demás habilitados para los festejos en los ocho municipios y en bateyes, comunidades y consejos populares, donde se erigieron tribunas para defender las causas justas del mundo.
A viva voz con consignas, carteles, fotos, danzas y banderas, los tuneros patentizaron que Venezuela late en el corazón de los cubanos. He aquí otras imágenes que denotan los sentimientos de solidaridad con la hermana nación sudamericana.
