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Gavac: el prestigio de una vacuna

Por: Olga Lilia Vilató de Varona y Gretel Díaz Montalvo

A pesar de las esperadas vicisitudes –agua, alimentación–, el ganado vacuno en Cuba, como en otros lares tropicales o templados, lucha también contra la garrapata que afecta a estos animales; el también conocido científicamente como Rhipicephalus B. microplus, un ectoparásito que se alimenta de sangre y otros fluidos.


Esto puede provocar afectaciones en el peso del rumiante, inducir la muerte por anemia, entre otras complicaciones. Por lo que reducir su presencia era algo urgente. Fue así que nació el inmunógeno Gavac, vacuna producida por el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB) de Camagüey que contribuye a contrarrestar al parásito.

Desde su creación ya suma dos décadas de aplicación, pero no fue hasta el último quinquenio que creció considerablemente el número de animales beneficiados con el producto en el país, cifra que ascendió hasta un millón 300 mil.

Mínimo de gastos

El Gavac es muy útil, sobre todo, por el mínimo de gastos que genera. Mundialmente la garrapata se enfrenta, en la mayoría de los casos, mediante químicos contaminantes de la carne, la leche, el medio ambiente y las aguas. Mientras que dicha vacuna reduce la utilización de químicos, es más amigable con el medio ambiente y genera anticuerpos que provocan un efecto acumulativo sobre las generaciones de parásitos siguientes y genera la reducción paulatina de los mismos.

Pero como asegura Jorge Luis Jiménez Delgado, director general de Ganadería en el país, también contribuye a la mejoría de la calidad de las pieles, que luego se emplean en la talabartería, y al incremento de las producciones de leche y carne.

“El uso de esta vacuna favorece la ampliación de los períodos que median entre un baño garrapaticida y otro, etapa que en algunas entidades ya promedia los 200 días. Eso significa ahorro al país de cifras considerables de dinero porque antes se hacía cada siete días y con productos químicos, los cuales son, en su mayoría, importados y perjudiciales al medio ambiente, algo que no podía obviarse porque la mortalidad de los animales se elevaba debido a los parásitos en sangre”, acotó.

Es innegable el beneficio de la reducción de productos químicos al ambiente, a los animales, a los cuales el estrés del baño les disminuye la producción de leche y al ser humano que podría resultar afectado por los gases tóxicos. Todas posibilidades que elimina el Gavac.

La vacuna sola no puede

A pesar de estas marcadas ganancias, como asegura el Dr. Manuel Peláez Reyes, jefe del departamento de Epizootiología de la Dirección de Sanidad Animal (DSA) del Ministerio de la Agricultura, la vacuna sola no puede, por lo que forma parte de un programa más abarcador que incluye a otras medidas zootécnicas.

“El fármaco por sí solo no resuelve el problema, hay que chapear los potreros, proteger a los animales cuando son movidos de lugar y no agrupar los vacunados con los que no lo están para poder tener resultados efectivos”, aseguró.

Y es que es necesario conocer  sobre el correcto uso del Gavac, por lo que se potencia el desarrollo de encuentros, talleres y folletos que divulguen y socialicen esos detalles. Una de esas opciones es el Taller Nacional de Productos Estratégicos Agropecuarios, que ya celebra su sexto encuentro y que fue realizado en la ciudad de Camagüey.

En esa última edición se expusieron datos esclarecedores sobre el fomento del Gavac, que gana adeptos en países como Brasil, Venezuela y naciones del continente africano.

“Se vive una nueva etapa – aseguró Peláez Reyes –. Desde el 2016 comenzamos de conjunto con el CIGB a capacitar a los productores, sobre todo a aquellos identificados como líderes y ya los cambios se evidencian.

“Actualmente suman más de un millón los animales incorporados a la campaña de vacunación con el Gavac, lo que debe ampliar, claro que para ello es necesario determinar las áreas de mayor riesgo”.

El inmunógeno no exime el uso de productos químicos porque estos responden al nivel de infestación luego de contar las garrapatas en el animal, pero si se logra una tasa de inmunización adecuada con el uso preciso del químico el período de este se prolonga.

Pero como acota el jefe del departamento “ahora se trata de seguir consolidando el trabajo y hacer mejor las cosas. Mantener lo logrado, perfeccionarlo y ganar en calidad, no crecer tanto en cantidad sino en sostenibilidad”.

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