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Un memorable Primero de Mayo hace 80 años

En 1939 se efectuó la primera conmemoración del Día Internacional de los Trabajadores, bajo la guía de la CTC

Lázaro Peña. Foto: Archivo

La conmemoración del Día Internacional de los Trabajadores en 1939 fue la primera organizada por la Confederación de Trabajadores de Cuba (CTC), precisamente a sólo tres meses de efectuarse su congreso constituyente, luego de un extenso y arduo camino en pro de la unidad del proletariado en la Isla.

El estreno de la celebración fue un gran desfile que partió desde la sede donde en aquel momento se encontraba la central obrera, en la intersección de las calles Belascoaín y San Lázaro, en La Habana.

La marcha avanzó hasta la Avenida de las Misiones, pasó junto al Palacio Presidencial, el Paseo del Prado y concluyó en el Parque Central. En la tribuna ubicada allí hablaron varios líderes obreros, entre ellos Lázaro Peña, secretario general de la CTC, quien hizo el resumen del mitin

En nombre de los trabajadores del país, una representación de sus dirigentes entregó al Secretario del Trabajo un pliego de demandas que exigían el reconocimiento legal de esa organización, el cese de los desalojos campesinos, la defensa de la industria nacional y el establecimiento de leyes para el retiro.

Otras propuestas fueron, asimismo, la penalización a empresarios que burlaban las pocas leyes sociales y laborales existentes, medidas contra la carestía de la vida, reposición de los trabajadores desplazados, la puesta en práctica de un programa de obras públicas como vía para contrarrestar el desempleo y el repudio al régimen falangista implantado por Francisco Franco en España.

Desde 1939 la celebración del Día Internacional de los Trabajadores en Cuba tuvo un carácter unitario. A partir de 1947 elementos gangsteriles amparados por el gobierno y a la sombra del anticomunismo derivado de la Guerra Fría lograron imponer por la fuerza la escisión del movimiento obrero y opacaron la fecha en aquellas instituciones sindicales en manos de los divisionistas quienes realizaban actos demagógicos, en locales cerrados y ajenos a la fibra proletaria que le imprimía combatividad.

Así transcurrió una etapa de 11 años, sin embargo los verdaderos representantes de las masas obreras celebraban riesgosas manifestaciones y mítines públicos para denunciar la explotación, el atropello, la tortura y el crimen por parte de los regímenes al servicio del imperialismo yanqui.

Con llegada del poder revolucionario, en enero de 1959, el Primero de Mayo se convirtió en fiesta del pueblo trabajador a la cual se suman estudiantes, campesinos y combatientes de las instituciones armadas.

Así acontece cada año. Son millones de cubanos y cubanas los que marchan hoy por plazas, avenidas, comunidades y barrios para ratificar su apoyo a la Revolución, defender su presente y porvenir.

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