Pachuca de Soto.- En el ciclismo hay factores extradeportivos que pueden arrancar de tajo las decenas de horas dedicadas a entrenar por una presea, o al menos para acercarse a ella. Y así lo vivió este 1 de mayo Pedro Portuondo, en la contrarreloj individual élite del 34 campeonato panamericano de ciclismo de ruta, cuando un fuerte viento lo sacó, junto a varios corredores de su apartado, de los puestos cimeros.
A medida que caía la tarde, la brisa se agitó bravía en Río Las Avenidas y no fueron pocos los corredores que subieron a la rampa de partida conscientes de que cumplirían con los 44 kilómetros señalados por vergüenza deportiva, quizás la mayor recompensa de todo ciclista, pues contra la fuerza del aire un caballo metálico halado por piernas no puede volar y sí rodar más lento sobre la mejor vía asfaltada que pueda existir.
Entre los afectados de manera imprevista, a partir de su constancia en podios continentales, quedaron Walter Vargas (Colombia), Magno Nazaret (Brasil), los no menos ranqueados internacionalmente Manuel Rodas (Guatemala), Ruben Ramos (Argentina) y nuestro Portuondo. Habían estado al tanto de los tiempos registrados por los 11 corredores del primer lote minutos antes, encabezados por el colombiano Brando Smith (54:10 minutos) y el chileno José Rodríguez (54:37), quienes no enfrentaron ese huracán de aire.
Pero ninguno pidió clemencia a los comisarios, y mucho menos al clima. Se enfundaron sus cascos aerodinámicos, se apretaron las zapatillas y rodaron por el asfalto. Poco a poco, con vueltas que promediaban por encima de los 13 y 14 minutos en los 11 kilómetros del circuito (había que darle cuatro vueltas), ellos y nosotros nos percatamos que el uno-dos de esta modalidad, o lo que es lo mismo el oro y la plata iban a quedar en manos de las jóvenes promesas del primer grupo.
Y así mismo ocurrió, con la única excepción para el mexicano Ignacio de Jesús Padro, alistado en el segundo bloque y que pese al tormentoso viento finalizó tercero con 55:27, a la postre la única medalla del equipo local en la primera jornada de competencia de esta cita en el estado de Hidalgo, con presencia de 25 países. En el caso de Smith elevó a diez las coronas que suma su país en el apartado varonil de las pruebas contrarreloj de citas continentales, cuatro de ellos en los últimos seis torneos celebrados.
Tras cruzar la raya de sentencia, Portuondo pidió a su entrenador Adonis Cardoso solo un pomo de agua. Nadie hablaba y la mirada del mejor contrarrelojista cubano en la actualidad se perdía recuperando la fuerza física para sobrevivir a estos misterios del deporte, a esos factores extradeportivos que estropean tarde y sueños de posibles medallas.
“Estaba muy fuerte el aire desde que nos tocó salir y había tramos en contra totalmente. Quería pegarme más a las medallas, pero no pudo ser, aunque me voy satisfecho porque lo di todo”, declaró el santiaguero, bronce en los pasados Juegos Centroamericanos y del Caribe Barranquilla 2018 y quinto panamericano ese propio año, cual gallardo peleador, que sin tener tampoco la bicicleta ideal para esta prueba pensó en un podio. ¡Y eso hay que aplaudirlo siempre!
Por su parte, el pinareño Emilio Pérez no tuvo un buen día al concluir en el puesto 21 (1:04:30 horas), a partir de que golpeó la rodilla con el manubrio apenas salió de la rampa de salida por un desperfecto de la cadena. Luego las pulsaciones le subían intensamente apenas aceleraba y le faltaba el aire, propio de la altura en que se encuentra, de ahí que nunca pudo sostener una velocidad por encima de los 42 km/h.
En la modalidad sub 23, corrida sobre 33 kilómetros y en la cual Cuba no presentó representantes, se impusieron Diego Ferreyra (Chile- 41:10.375), Alexis Quinteros (Ecuador- 43:06.018) y Luis Enrique López (Honduras- 43.20.44), por ese orden.
Ahora los ciclistas del continente se tomarán un día de descanso para retornar a las carreteras el 3 de mayo con la prueba de ruta para damas; en tanto 4 y 5 se celebrarán las competencias de ruta para hombres sub 23 y élite, respectivamente.