Es un Congreso de estos tiempos

Por Ramón Barreras Ferrán y Francisco Rodríguez Cruz

“Este es un Congreso de estos tiempos para enfrentar las situaciones que afrontamos”, expresó Miguel Díaz-Canel Bermúdez, Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, al intervenir en la Comisión número dos del evento más importante del movimiento sindical cubano, en su edición XXI, el que se efectúa en el Palacio de Convenciones, de La Habana.

“Hay muchas potencialidades y experiencias buenas en la base que debemos convertir en regla, sobre todo en medio de la situación que estamos viviendo. Aquí hay muchos aportes. Las intervenciones evidencian que hay cosas que debemos revisar para cambiar, perfeccionar, modificar”, apuntó.

Agregó que en la comisión estaba presente un grupo de ministros, lo que responde a la vinculación del gobierno con los asuntos de la economía y la población. De inmediato ellos deben comenzar a dar respuestas a los planteamientos que se hacen en las comisiones y en las sesiones plenarias, manifestó.

Precisó que el Consejo de Ministros, a partir de la culminación del Congreso, valorará lo que compete a la acción del gobierno en función de dar respuestas y montar un mecanismo de chequeo bimensual que permita tener sistematicidad para que los aportes y acuerdos no caigan en saco roto.

El también miembro del Buró Político del Partido explicó que la situación actual es compleja, como explicó el General de Ejército Raúl Castro en su discurso en la sesión solemne de la Asamblea Nacional del Poder Popular, e impone dos prioridades fundamentales: la preparación para la defensa del país y la batalla económica. “Y en las dos, a mi modo de ver, los trabajadores cubanos desempeñan un papel protagónico, por estar en los escenarios principales vinculados a ambas”, dijo.

Discusión más sistemática

Señaló que el Congreso de la CTC también tiene que aportar a la compresión del momento que estamos viviendo, de lo que tenemos que enfrentar, y nos debe llevar a una discusión más sistemática, amplia, precisa y concreta de la economía del país. Indicó que escenarios principales para ello son la asamblea de afiliados y trabajadores y los consejos de dirección, en los que participan los dirigentes sindicales.

“Tenemos que promover más el debate económico, el que no puede quedarse encerrado en los ministerios, en el Consejo de Ministros, en la Comisión de Implementación y Desarrollo… Tenemos que hacer de él una práctica diaria y sistemática”, manifestó.

Agregó que le concede mucha importancia al papel de los sindicatos en el aseguramiento político, la convocatoria y movilización de los trabajadores para enfrentar victoriosamente la situación actual y más que todo para infringir una derrota más al Imperialismo.

El Presidente cubano abordó también otros temas medulares relacionados con la gestión de gobierno que pueden agregarse a la que le corresponde al sindicato, como la defensa de una administración pública y empresarial más eficiente. Al respecto recalcó el papel que le corresponde desempeñar a los cuadros de dirección, quienes deben tener dos cualidades fundamentales: sensibilidad por los problemas de la población y la inquietud revolucionaria ante todo lo que haga daño; lo que marche mal; la ineficiencia; el robo de recursos, principalmente de combustibles; las indisciplinas; el incumplimiento de los planes…

Acotó que deben disminuirse las trabas y la burocracia en todos los procesos de la sociedad, sin descuidar el control; fortalecer la vinculación con la base y los colectivos laborales; exigir la rendición de cuenta de todos los cuadros; utilizar más la investigación científica para aprovechar sus valiosos aportes e incorporarla como parte de la fuerza productiva; materializar las políticas aprobadas como parte de la implementación de los Lineamientos Económicos y Sociales del Partido y la Revolución, y sistematizar el aseguramiento a  los programas de desarrollo.

Los problemas que hemos acumulado no podemos resolverlos de golpe, pero todos los días hay que arrancarle un pedacito a cada uno de ellos, subrayó e indicó que debe fomentarse un estilo de dirección y conducción colectiva, bajo las orientaciones del Partido.

Argumentó que no puede pasarse por alto la batalla ética contra la corrupción y las ilegalidades, debido a que continúa el mal control interno y una muestra de ello se detecta solo el 29 % de los hechos por las propias entidades.

Díaz-Canel aseguró que se debe continuar fortaleciendo la empresa estatal socialista, porque en ella descansan los programas principales de desarrollo, así como el encadenamiento productivo con la inversión extranjera, las empresas mixtas, el resto de la economía, el turismo y las actividades no estatales.

Sobre las inversiones precisó que deben ser más eficientes los procesos y aumentar el rigor en la preparación y el cumplimiento del cronograma de ejecución.

Agregó que resulta esencial potenciar la inversión extranjera; aumentar la exportación y disminuir las importaciones; reforzar el combate para romper las cadenas de impagos; atender de mejor manera la fuerza de trabajo, con énfasis en la capacitación; ofrecer servicios que causen satisfacción y resuelvan problemas; incrementar la cadena puerto-transporte-economía interna, y favorecer la alimentación sobre la base del autoabastecimiento municipal, fundamentalmente.

“Tenemos que enfrentar decididamente el bloqueo imperialista, su recrudecimiento y la aplicación de la Ley Helms-Burton. Estamos conscientes que vienen por delante importantes y complejas tareas revolucionarias para perfeccionar nuestro modelo económico y social”, dijo finalmente.

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