En presencia de Salvador Valdés Mesa, Primer Vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros, y de Gustavo Rodríguez Rollero, ministro de la Agricultura, los más de 130 representantes del Sindicato de Trabajadores Agropecuarios, Forestales y Tabacaleros que participan en el XXI Congreso de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC) debatieron sobre las realidades y perspectivas de ese estratégico sector de la economía cubana, que hoy está llamado a redoblar sus esfuerzos en la producción de alimentos.
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Se explicó que las inversiones se hacen impostergables por la existencia de factores desfavorables como la descapitalización que sufre el sector, la dinámica de envejecimiento poblacional, el éxodo de la población rural hacia las ciudades y los imperativos de desarrollo y eficiencia que tiene el país.
Entre las inversiones de mayor relevancia figuran las que se proyectan dentro del programa arrocero, que se prevé sea favorecido antes del 2020 con el montaje tecnológico de siete secaderos, dos molinos, cinco bases de silo para el almacenamiento de las producciones, e igual número de plantas de semillas.
Similar impulso recibirán los programas de producción de Granos; Viandas y Hortalizas; Frutales y Cítricos; así como de la Agricultura Urbana y suburbana y de Desarrollo Local, entre otros, los cuales pretenden desarrollarse favorablemente hasta el 2030, aunque se precisó que existen obstáculos que ralentizan la concreción de esa meta.
Valdés Mesa subrayó la significación que tienen las diferentes inversiones para desarrollar la agricultura, y destacó que en el sector deben explotarse al máximo las reservas de eficiencia; acopiarse el mayor número de producciones y trabajar para que se concrete con efectividad el necesario encadenamiento productivo.
Rodríguez Rollero enfatizó a los delegados que, para lograr el imprescindible despegue del sector, se requiere, entre otros elementos, del aporte comprometido del campesinado cubano; del empleo de alternativas para contrarrestar las afectaciones de la sequía; y controles sistemáticos para verificar el uso correcto de las tierras en usufructo.
En sus intervenciones, los delegados patentizaron el compromiso de incentivar a sus colectivos laborales a redoblar sus aportes; manifestaron la necesidad de hacer trabajo político de hombre a hombre para obtener mejores resultados y abogaron, entre otras cuestiones, porque el sector cooperativo no solo mantenga un favorable impacto económico sino que también sea capaz de contribuir socialmente en las comunidades.
En la jornada pudo corroborarse, además, que muchas de las inquietudes planteadas por los trabajadores del sector durante el proceso orgánico del XXI Congreso de la CTC tuvieron una respuesta positiva, como por ejemplo las relacionadas con la mala calidad de los medios de producción. Al respecto se expuso que en lo adelante su adquisición será más rigurosa, atendiendo a las garantías de calidad de los proveedores.