Por Lianne Fonseca y Gabino Manguela
Alejandro Gil Fernández, ministro de Economía y Planificación (MEP), explicó a los más de mil 200 asistentes al XXI Congreso de la Central de Trabajadores de Cuba que el país tiene entre sus principales desafíos económicos el de reducir los altos niveles de importaciones, que hoy constituyen un freno para su desarrollo.
El titular de MEP enfatizó que en el plan de la economía del 2019 se contemplan 14 mil millones de dólares por concepto de importaciones, buena parte de los cuales están destinados a la adquisición de combustibles y alimentos, tanto para el consumo social como para el animal.
Gil Fernández subrayó que para revertir esa situación es necesario propiciar el encadenamiento productivo entre todas las ramas para satisfacer las demandas de la economía, incluyendo las de los sectores exportadores, como el Turismo y Azcuba, los cuales requieren importar insumos para poder producir. Acotó que en la medida en que los insumos sean mayoritariamente de la industria nacional, las ganancias de las exportaciones serán mayores.
Destacó que el plan de la economía del 2019, superior en un 20 por ciento al del año anterior, es flexible y no una camisa de fuerza. Ello significa que toda acción que tribute eficiencia a la economía es susceptible de incluirse en él.
Manifestó igualmente que es imperioso desterrar la vocación importadora que caracteriza al país, por lo que se impone fomentar a lo largo del país Proyectos de Desarrollo Local que se autogestionen a partir de los recursos endógenos de cada territorio.
Hay condiciones este año para crecimiento del 1,5 % del PIB
“Aun enfrentando las restricciones de la economía y el arreciamiento del bloqueo, tenemos condiciones para garantizar la tasa de crecimiento del 1,5 % del Producto Interno Bruto y que la economía no decrezca, dijo Alejandro Gil Fernández, ministro de Economía y Planificación, al intervenir ante los delegados al XXI Congreso de la Central de Trabajadores de Cuba, iniciado este sábado en el Palacio de las Convenciones en La Habana.
El titular agregó que de tener un plan de la economía para el 2020 con mayor intercambio con los trabajadores, más discutido entre todos sus actores, con más eficiencia de los recursos, más eficiencia en los encadenamientos productivos y de servicios, y aplicando medidas para generar una mayor eficacia, podremos no solo defendernos y resistir, sino desarrollarnos y crecer. “A eso no podemos renunciar si queremos una economía próspera y sostenible”, reconoció.
En conferencia magistral al plenario, Gil Fernández puntualizó a los mil 200 delegados al foro sindical que el plan de la economía 2020, en el cual ya se trabaja, prioriza la disminución del endeudamiento, el límite a los créditos externos, la producción de alimentos, la vivienda, el transporte y la informatización de la sociedad.
Asimismo, el plan del venidero año prevé garantizar el crecimiento de las inversiones, el financiamiento de la industria nacional y mantener el concepto de no importar nada que podamos producir en el país.
“Mientras invirtamos el 12 % del PIB no crecemos, sentenció. Hay que hacerlo en un nivel del 20 %, pero hacerlo bien, para entonces pagar esa inversión con el resultado de los encadenamientos”.
Adelantó que para ese año “queremos desarrollar un proceso de elaboración del plan que sea más flexible y participativo; por eso no debemos tender a enmarcamientos o directivas y sí a discutir las potencialidades en cada lugar.
“Además, disminuir los indicadores directivos y el alcance del llamado encargo estatal, avanzar en los encadenamientos productivos y de servicios, trabajar en el ahorro y uso eficiente de los portadores energéticos, así como actualizar los indicadores metodológicos de la planificación territorial.