Prueba fehaciente de la capacidad de las UBPC para aprovechar al máximo todas las potencialidades en función del desarrollo agrícola, la cooperativa Iraelda Marzo del municipio de Maisí en Guantánamo exhibe desde su fundación en el año 2000 resultados admirables. Con un despegue netamente cafetalero y gracias a estrategias de diversificación y resistencia a las condiciones de un terreno semiárido, hoy lucen cifras históricas en la producción de viandas, hortalizas, miel y otros cultivos.
Así contó Alberto Fernández Marzo, administrador de esta forma productiva, integrada por 41 cooperativistas: 11 mujeres y 30 hombres, tres usufructuarios de la Ley 300 y 13 apicultores, todos con un promedio de edad de 42 años.
Desde que obtuvimos ganancias superiores a los 1996.25 pesos por cooperativista, tenemos estabilidad en la fuerza de trabajo y también en la junta directiva desde su constitución. Aunque el café representa el 90 % de las áreas dedicadas a las producciones agropecuarias, hoy las diversificamos e insertamos en el movimiento de la agricultura urbana y suburbana, en un total de 175.39 hectáreas de superficie agrícola, de estas, 97 dedicadas al cultivo café, 23.39 cultivos varios (malanga, plátanos vianda y fruta) y 55 al módulo pecuario.
Después del huracán Matthew perdieron muchas plantaciones de café, ¿cómo las recuperaron?
Esta cooperativa posee un programa de desarrollo integrado, donde está insertado el cafetalero hasta el 2023; se hizo necesario reajustarlo para poder transformar las áreas afectadas y fue muy duro para nosotros porque el café era todo… nuestra vida. Este ha sido un faro que ha marcado el camino a seguir en cuanto a la recuperación cafetalera, cumpliéndose de forma estricta, logrando transformar las áreas recuperadas mediante resiembra por ser plantaciones entre uno y tres años. Recolectamos 79 toneladas de café cereza, además sembramos un total de 14 hectáreas de las 3.67 planificadas que permitirán volver a alcanzar volúmenes productivos iguales o superiores en los próximos cuatro años; en el caso del café esperamos recolectar 119 toneladas en el 2019 y 124 en el 2020.
Han tenido que resistir no solo a las condiciones agrestes del suelo, ahora se suman los efectos impredecibles del cambio climático…
Sí, por eso ahora estamos terminando un Centro de Injerto de Café. Esta parte lleva una injertadora y cuatro operarias, que ya fueron previamente capacitadas para en esta campaña injertar 50 mil posturas de café. Seremos la única forma productiva de Maisí en iniciar esta actividad, y ello nos permitirá transformar nuestras plantaciones por un café más resistente a la sequía, las plagas y enfermedades. Contamos con todo el equipamiento: mesas para injertar, patrones, pregerminadores y endurecedores en el vivero, ya montado para poder llevar las plantas que salgan. La variedad que más utilizamos es ISLA-614, que hoy injertamos en patrón de Robusta.
Es cierto que la obtención pecuaria ha disminuido, ¿en qué medida?, ¿cuáles han sido las alternativas?
Todas las producciones agropecuarias crecen en relación a los años anteriores, excepto la carne de cerdo por la inestabilidad en la entrega de alimentos, situación que se irá revirtiendo con el aumento del convenio de ceba terminal. Nuestros esfuerzos están dirigidos a criar cerdos más resistentes a otra alimentación, de ahí que introducimos también convenio de ceba terminal y criamos puercos criollos para poder cumplir el plan.
Creo que las UPBC no podemos conformarnos con una o dos producciones, si diversificamos, ganamos y contribuimos al desarrollo del país, y en esa medida mejoramos los ingresos de los trabajadores. Eso es motivación directa, estimulación y garantías de crecimiento.
La cooperativa que diriges es colectivo Vanguardia Nacional, ostenta la condición Por las Sendas del Triunfo y es destacada territorial en el aporte al desarrollo de la agricultura urbana, suburbana y familiar. ¿Cuáles son los retos?
Para mejorar nuestro aporte en exportaciones iniciamos la producción de miel, el año anterior obtuvimos 13 toneladas y en este lograremos 33 toneladas. Entregamos el 80 % de la miel obtenida en el municipio, lo que representa 21,5 toneladas.
Existe un levantamiento de las condiciones de vida de cada cooperativista en aras de contribuir a la solución de sus principales necesidades. Realizamos con los propios ingresos de la cooperativa la compra de materiales de la construcción, que han sido entregados con forma de pago flexible a quienes lo necesitan.
Tenemos implementado el programa de autoabastecimiento municipal y este está desagregado por productor y cooperativista, existiendo claridad de lo que debemos sembrar para darle cumplimiento a tan importante tarea, una prioridad por ser parte de la alimentación del pueblo. También está dentro de nuestra proyección el incremento de aquellas producciones que sustituyen importaciones, puedan producirse aquí y tengan venta directa al turismo.