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«La naturaleza no me dio brazos, pero la circunstancia me permitió nacer en Cuba, con Fidel, que no olvidó a ninguno de sus hijos. Ya termino mi noveno grado y me van a celebrar mis 15, como mis diez compañeros. ¿Quieres venir?».
Así escribió la hermosa Daylín en una pequeña carta a Raúl, como quien lo hace a un abuelo, a un ser entrañable. La letra es hermosa, igual a la de aquellos cuadernos de caligrafía de la enseñanza primaria. Ella se despide de él con dos datos: día 11 de abril, a las 8:00 p.m. «Te espero».
Y allí estuvo el Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba junto al Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, Miguel Díaz-Canel Bermúdez. Daylín y sus amigos tuvieron sentados la noche de este jueves en el mismísimo patio de su escuela a la máxima dirección de la Revolución, esa obra entrañable que tiene en ellos sus mayores tesoros.
Como había sucedido el año anterior — también en otro día de abril — Raúl asistió a la fiesta de quince que, en inviolable tradición, cada año la escuela celebra a sus “niños”. Esta vez, fueron ocho muchachas y tres muchachos, que con traje impecable y el acompañamiento delicado de sus familiares y maestros, bailaron el vals como lo hacen todos los quinceañeros en Cuba. Para ellos también hubo globos, cake, regalos y música, tocada con el alma y el regocijo de la compañía infantil de teatro “La Colmenita”.
No faltaron las fotos con Raúl y Díaz Canel, quienes con la emoción a flor de piel compartieron la alegría de estar allí con los agasajados; cargaron y también besaron a los niños más pequeños; preguntaron por los queridos profesores de la escuela; y se rieron a carcajadas cuando algún pequeñín, desinhibido y tierno, les soltó sin reparos alguna gracia.
De optimismo ante los problemas; de no perder nunca la fe; de las emociones que provoca visitar “Solidaridad con Panamá”; de la decisión inamovible de la Revolución cubana de mantener escuelas como estas y de inaugurar próximamente dos más, una en Santiago de Cuba y otra en Villa Clara, conversó el General de Ejército con los invitados a la fiesta.
Entre ellos, dos abuelos junto al nieto de diez años, que estudia también en esta institución, le hablaron de Fidel, que vive en los pasillos de la escuela, en el alma de sus maestros y en el cariño de cada de uno de los trabajadores. Fidel está siempre, respondió Raúl, nos vigila y nos impulsa a seguir trabajando.
Ya lo había recordado un poco antes la directora, Teresa la O Ochoa: el Comandante en Jefe, 30 años antes, fundó la escuela “Solidaridad con Panamá”, con la idea de que los niños de todo el país, la mayoría proveniente de los rincones más apartados, tuvieran la posibilidad de formarse y ser cuidados en una escuela que profesa, sobre todo las cosas, amor.
Daylín, la quinceañera que escribió a Raúl es uno de esos niños no olvidados. Y esta noche de jueves, con su hermoso traje rosa, cumplió otro de sus deseos.
Emotivas fotos que hacen a cada cubano brotar de sus ojos lagrimas de alegría y un corazón que corre a toda velocidad cuando ve a la máxima dirección del país estar a la altura de todos los cubanos como siempre nos lo enseño y fue ejemplo de dedicación y entrega; ese gigante de la historia de cuba y para el mundo nuestro siempre invencible y eterno Fidel Castro Ruz.
Es imposible que en otro pais que no es el nuestro suceda estas cosa tan linda como nos enseño nuestro Comandante nuestro hijos seguiran el vivo ejemplo de nuestro pricipal guia, los niños de cuba tienen lo necesario para hacer feliz y cumplir sus sueños.
Obras como estas hacen sentirnos orgullosos del país que vivimos.Hermosas imágenes que demuestran la alegría de los niños cubanos.
Este pais solo tiene lugar para los seguidores fieles de las ideas de Marti,Fidel y Raul,porque asi es y sera siempre CUBA
Cada dia me siento mas orgullosa de mi país, de mis dirigentes y de la obra creada por nuestra Revolución. Bella las imágenes de alegria de los niños y de todos los participantes.
Es en Cuba, Dónde si no.