Las señales físicas y los impactos socioeconómicos que deja el cambio climático son cada vez mayores debido a concentraciones sin precedentes de gases de efecto invernadero (Gei), que provocan un aumento de las temperaturas mundiales hasta niveles peligrosos, según el último informe de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), de las Naciones Unidas.
La 25ª edición de la Declaración de la OMM sobre el estado del clima mundial, correspondiente al 2018, pone de relieve la elevación récord del nivel del mar, así como temperaturas terrestres y oceánicas excepcionalmente altas en los últimos cuatro años, una tendencia que se prevé continúe.
“Desde que se publicara la Declaración por primera vez, la climatología ha alcanzado un grado de robustez sin precedentes, y ha proporcionado pruebas fehacientes del aumento de la temperatura mundial y de circunstancias conexas, como el aumento acelerado del nivel del mar, la reducción de los hielos marinos, el retroceso de los glaciares y fenómenos extremos, tales como las olas de calor”, manifestó el Secretario General de la OMM, Petteri Taalas.
Estos indicadores fundamentales del cambio climático se están haciendo más pronunciados. Así, han continuado aumentando los niveles de dióxido de carbono —el principal Gei—; y se prevé que las concentraciones de estos nocivos gases aumenten todavía más.
La Declaración de la OMM, divulgada la semana pasada, abarca aportaciones de organismos de las Naciones Unidas, de otras entidades y de una amplia comunidad de expertos científicos. El texto explica los riesgos relacionados con el clima y sus impactos en la salud y el bienestar de las personas, las migraciones y los desplazamientos, la seguridad alimentaria, el medioambiente, y los ecosistemas oceánicos y terrestres.
“A principios del 2019 han continuado los fenómenos extremos, como es el caso reciente del ciclón tropical Idai, que provocó inundaciones devastadoras y la trágica pérdida de vidas humanas en Mozambique, Zimbabwe y Malawi. Puede que se convierta en uno de los desastres meteorológicos más letales que hayan afectado al hemisferio sur”, señaló Taalas.
Las temperaturas invernales diarias en Europa batieron récords de calor a inicios de este año, mientras que se observó un frío inusual en América del Norte y olas de un calor abrasador en Australia; por su parte, la superficie del hielo del Ártico y la Antártida vuelve a estar muy por debajo de la media.
La OMM ha reportado también que a causa de temperaturas de la superficie del mar superiores a la media, se prevé un aumento de la temperatura terrestre hasta alcanzar niveles superiores a lo normal, particularmente en las latitudes tropicales.
“Los datos que se publican en el presente informe suscitan gran inquietud. Los últimos cuatro años han sido los más cálidos jamás registrados, y la temperatura media mundial en superficie del 2018 estuvo aproximadamente 1 °C por encima del valor de referencia de la era preindustrial”, afirmó sobre el documento el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres.
“Esos datos no hacen sino confirmar la urgencia con la que cabe actuar contra el cambio climático…”, añadió Guterres, quien organiza una Cumbre sobre el Clima para septiembre de este año, con el propósito de comprometer a los Jefes de Estado en la aplicación de medidas drásticas y oportunas que limiten el calentamiento global a 1,5 °C, según recomienda el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático, de la ONU.
“Ya no puede haber más demoras”, sentenció el secretario general de la Organización de Naciones Unidas.