Un “termómetro” para medir la temperatura del problema fue la XIII Comprobación Nacional al Control Interno realizada hace tres meses. Los resultados: “la tarea no avanza lo deseado”; “hay retroceso, hechos delictivos y daños económicos”. Fueron algunas de las valoraciones en las distintas provincias y publicadas en los medios de comunicación.
¿Las causas? Entre otras, inobservancia y falta de conocimiento de la legislación vigente por parte de las administraciones; endeudamiento en cuentas por cobrar y pagar; descontrol que propicia el robo de combustibles, y fisuras en el uso de los inventarios, casi todas las irregularidades derivadas de la no utilización consciente de la guía de autocontrol.
En Ciego de Ávila, por ejemplo, las afectaciones económicas al sector empresarial y al patrimonio público en el año 2018 sobrepasaron los 134 millones de pesos en solo 11 centros laborales inspeccionados por especialistas del Sistema Nacional de Auditoría y la Contraloría General de la República (CGR).
El Grupo Empresarial de Comercio registró daños ascendentes a 14 millones 911 mil 874 pesos, monto registrado en expedientes por gastos de faltantes y pérdidas de bienes, según el informe de la CGR. Repercutió en esta rama el negativo comportamiento de la circulación mercantil, lo cual significó menos recursos materiales y servicios para la población.
Si se tiene en cuenta que los ingresos totales superaron los gastos, puede afirmarse que hubo alentadores resultados. Sin embargo, la economía avileña fue golpeada el pasado año por los efectos de una “fórmula” inusual y fatídica: utilidades y exportaciones inferiores a lo planificado; menos productividad y más salario medio, deteriorada correlación; mayor volumen de inventarios y superior el gasto de salario por peso de valor agregado bruto.
Incluso, si el delito no hubiese proliferado fueran superiores las ventas, que solo superaron en 1,0 % el plan anual.
De los 544 hechos delictivos acaecidos, aumentaron los actos de malversación, apropiación indebida, robo con fuerza y hurto de ganado mayor. Las afectaciones se concentraron en unidades de la agricultura, comercio, salud, educación, ferrocarriles, la empresa azucarera, comunales y cultura.
Sobresale como causa fundamental la falta de vigilancia, de control interno, de seguridad y protección de los inmuebles, y de los recursos materiales y financieros.
Por eso, la CTC realiza los activos provinciales para pulsar el proceder en cada lugar en cuanto a la prevención y el funcionamiento de la guardia obrera, así como también el enfrentamiento al delito, la corrupción, las ilegalidades y la droga.
En el encuentro celebrado en el territorio avileño se conocieron las razones por las cuales crece la actividad delictiva. Comercio tuvo 95 casos en la etapa analizada, debido a establecimientos proclives a las infracciones por su mal estado constructivo. No obstante, llama la atención que el 60 % de sus unidades no cuentan con custodios, serenos u otro agente de seguridad, y el exceso de inventarios en no pocas de ellas, atraen a los ladrones.
Aunque, según se supo en la plenaria, lo más preocupante en este organismo es que hubo un incremento de las malversaciones y por motivos nada nuevos. Reinciden las deficiencias en la contabilidad, no se realiza correctamente el control físico de los inventarios, el dinero en efectivo de las ventas no es depositado en el banco diariamente por parte de muchos administradores y el secretismo impide conocer los resultados de verificaciones fiscales.
Ciego de Ávila no es la excepción en el crecimiento de la actividad delictiva. Por lo tanto, se trata de redoblar la vigilancia y el control para potenciar las exportaciones, la eficiencia del proceso inversionista, cortar la cadena de impagos, eliminar el exceso de inventarios ociosos y otras prioridades de la economía nacional.
Claro, sin olvidar que cualquier empeño que se ponga en práctica deberá partir de la sentencia martiana de que en prevenir está el arte de salvar.