Yarima Mora Sabala casi no ha tenido descanso desde que en la noche del 27 de enero el tornado pasó por varios municipios de la capital cubana y dejó una dolorosa huella de destrucción.
“Primero estuve en la atención a los damnificados y después en la construcción de viviendas en el local donde radicó el hogar de ancianos 24 de Febrero, en Diez de Octubre”, explicó.
Ella es ejecutora técnica y forma parte de la cooperativa Construcción Cubana, una de las 14 de La Habana que se incorporaron ante la convocatoria hecha por el Sindicato Nacional de Trabajadores de ese sector (SNTC), con el empeño de devolver sus viviendas a las familias que perdieron sus casas por la acción de los fuertes vientos.
Los 17 cooperativistas que ella dirige ya terminaron una amplia y confortable vivienda y laboran en estos momentos en otra. “Aquí las jornadas de trabajo son largas y no descansamos los fines de semana. Todos los domingos damos nuestro aporte voluntario. Las labores son fuertes, pero la actitud de los cooperativistas es digna del mayor elogio”, afirmó la también secretaria general de la sección sindical.
“Lo más difícil ha sido quitar más de 300 metros cuadrados de enchape y los falsos techos, así como demoler las partes de la placa en mal estado. Después hay que dar masilla y repellar. Uno de los retos ha sido la altura, pero todo lo necesario se ha hecho…, eso sí, con mucho esfuerzo, dedicación y voluntad”, aseguró Gilberto Iglesias Pozo, quien está al frente de los operarios de la cooperativa Ascu.
Yaritza Estévez Vega, ejecutora e integrante de la denominada constructora Arcons, afirmó con orgullo que ya entregaron una casa terminada. “Para nosotros es una nueva experiencia. Trabajamos sobre la base de un proyecto inicial, pero damos muchas soluciones a pie de obra. Esta, por ejemplo, estaba prevista con un solo cuarto y decidimos hacerle dos. Como puede ver, es amplia y cómoda y la calidad puede evaluarse de excelente, como ha solicitado el Presidente Miguel Díaz-Canel. Todas las cooperativas que estamos aquí acordamos no cobrar la ejecución de las obras, o sea, hacer una donación solidaria, como nos caracteriza a los cubanos. Nuestros compañeros, en otras labores, garantizan con un esfuerzo extra que se nos pueda pagar el salario. Es un aporte de todos a la recuperación”, acotó.
Hay cooperativas que en aras de avanzar han establecido hasta tres turnos de trabajo, como la Corema Habana, por ejemplo. En cada uno hay 11 albañiles y ayudantes, tres electricistas y dos plomeros. Inician las labores temprano en la mañana y finalizan pasadas las once de la noche.
Luis Osvaldo Marrero Hernández, miembro del Buró Provincial del SNTC en La Habana, quien ha permanecido todo el tiempo junto con los cooperativistas y trabajadores de las diferentes empresas involucradas en la recuperación, precisó que ya han terminado 61 viviendas y en marzo debe quedar listas otra cantidad considerable. “Ha sido un esfuerzo mancomunado”, señaló.
Destacó además la incorporación del segundo grupo de la Brigada de Trabajo Socialista XXI Congreso de la CTC, con constructores de las provincias de Pinar del Río, Artemisa, Matanzas, Villa Clara, Holguín, Santiago de Cuba y Guantánamo, quienes construyen y reparan casas en los municipios de Diez de Octubre y Regla. Permanecerán en esas labores 21 días y luego se sumarán otros.
El viejo local del antiguo hogar de ancianos 24 de Febrero semeja siempre una colmena. El día que estuvimos allí la lluvia era persistente y a pesar de ella, la elevada humedad y el lodo, las actividades eran constantes. Unos acarreaban materiales, otros batían mezcla o repellaban, pintaban… Nadie estaba cruzado de brazos. Nos llamó enseguida la atención la cantidad de jóvenes incorporados a la recuperación.
Junto con los cooperativistas están también trabajadores estatales, en una muestra de la unidad, fortaleza moral y disposición que distingue a los constructores cubanos, más allá de la entidad a la cual pertenezcan. Todos van al frente.
Francisco Rodríguez Rodríguez es el jefe de un colectivo de la Empresa de Construcción y Montaje Especializado (Ecme), de La Habana. “Nos incorporamos para trabajar en las fachadas interiores. Con anterioridad laboramos en 70 viviendas ya terminadas en la Residencia Estudiantil de Micro X, de Alamar. Aquí tenemos 26 albañiles y ayudantes. Estaremos hasta que ejecutemos lo programado. Creemos que el día 30 podamos finalizar nuestra misión”, ratificó.
Carlos Antonio de Dios Oquendo, secretario general del SNTC, habló con orgullo de la actitud de los constructores, de la respuesta inmediata y sin condicionamientos, del esfuerzo diario que realizan.
En fase de terminación más de 20 viviendas
En solo 30 días de labor ininterrumpida en el local que ocupó el hogar de ancianos 24 de Febrero, del municipio capitalino de Diez de Octubre, ya se encuentran en fase de terminación más de 20 viviendas, de las 40 previstas a ejecutar allí para los damnificados.
Esas confortables casas son edificadas por integrantes de 14 cooperativas no agropecuarias de La Habana y entidades estatales del sector.
Luis Osvaldo Marrero Hernández, miembro del Buró Provincial del Sindicato de Trabajadores de la Construcción (SNTC) en La Habana, informó además, que el sábado se realizó una jornada de labor voluntaria en Regla con la participación de 30 trabajadores de la Empresa de Proyectos para la Vivienda (Eproyiv) y personal de la dirección nacional de la CTC y el SNTC.
Este domingo erigieron otra en el asentamiento Lucero, municipio de Arroyo Naranjo, donde se construyen 55 viviendas. Tomaron parte más de 120 operarios de oficios básicos pertenecientes a la Empresa Constructora de Obras de Arquitectura (Ecoa) número 47, de Matanzas.