Durante los últimos cinco días en Santiago de Cuba se ha confirmado la valía y actualidad del género trovadoresco, puesto en primer plano con la realización, desde el pasado día 17 y hasta este 21 de marzo, de la edición 57 del Festival de la Trova Pepe Sánchez.
La ciudad santiaguera, reconocida como la cuna de este tipo de interpretación, en la que voz y guitarras se hacen cómplices del sentimiento, abrió sus escenarios, en los que cotidianamente los trovadores descargan junto a su público, para que artistas del patio y otros llegados de provincias hermanas intercambiaran en singular diálogo musical.
Una treintena de artistas santiagueros y de otras provincias del país acudieron al Festival, entre ellos los dúos Así Son y Voces del Caney, el Trío Palabras, el Septeto Naborí; Eduardo Sosa, presidente del Festival, Pepe Ordaz, Tony Ávila, entre otros.
El Festival reservó también momentos para el debate durante las sesiones teóricas, bautizadas a partir de esta edición con el nombre de Lino Betancourt, justo para homenajear al periodista e investigador, quien por muchos años se dedicó a ahondar en todo cuanto tiene que ver con la trova.
La edición 57 de este encuentro estuvo dedicada en particular a Lino Betancourt y al maestro Félix Valera, director de la agrupación Familia Valera Miranda, recientemente fallecidos, y como es habitual, precisamente en el día del trovador, el 19 de marzo, se rindió honores a Pepe Sánchez, autor del bolero Tristezas, considerada la primera pieza trovadoresca en Cuba, así como a otros elevados exponentes del género cuyos restos mortales descansan en el cementerio patrimonial de Santa Ifigenia.
Galas, presentaciones en el parque Céspedes, en la calle Heredia, donde se ubica la afamada Casa de la Trova de Santiago de Cuba, y en otras locaciones, marcaron los días del Festival, reconocido como el evento musical más antiguo de la nación.
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