La primera ministra británica, Theresa May, confirmó este miércoles que pidió formalmente a la Unión Europea (UE) aplazar hasta el 30 de junio la salida del Reino Unido del bloque.
La gobernante conservadora hizo el anuncio en la Cámara de los Comunes durante su habitual intercambio semanal con los parlamentarios, a quienes advirtió que ella no está preparada para demorar el Brexit, como se le conoce a la decisión de los británicos de abandonar la alianza, más allá del 30 de junio.
Tras acusar a los diputados de traicionar la voluntad del 51,8 % de los británicos que en 2016 votaron a favor de romper con la UE, May anunció que seguirá insistiendo para que el Parlamento apruebe el acuerdo inicialmente pactado entre Londres y Bruselas para consumar el divorcio dentro de nueve días.
La jefa del gobierno británico está obligada, no obstante, a introducir algún cambio sustantivo a su plan de salida, pues el presidente de la Cámara de los Comunes, John Bercow, le advirtió esta semana que no aceptará votar tres veces por la misma moción.
El principal obstáculo para la consumación del Brexit es una cláusula que pretende impedir el establecimiento de una frontera dura entre Irlanda y la provincia británica de Irlanda del Norte.
Con el llamado backstop, que la UE asegura tendrá un carácter temporal, el territorio norirlandés seguiría bajo las regulaciones aduanales y comerciales europeas hasta tanto ambas partes firmen un nuevo acuerdo, pero los euroescépticos británicos alegan que salvaguarda los mantendrá atados para siempre al bloque.
En caso de que la alianza se niegue a conceder el aplazamiento solicitado por May, quien el jueves viajará a Bruselas para participar en una cumbre europea, el Reino Unido tendría que abandonar el bloque el 29 de marzo, con o sin acuerdo.
Por otro lado, una extensión más allá del 30 de junio obligaría a los británicos a participar en las elecciones para la Eurocámara previstas para mayo próximo.
(Tomado de PL)