Digna Martínez Nodarse Nodarse y Orestes Torres Ferrán son un matrimonio de más de 20 años y que hace más de cuatro décadas trabajan juntos en la fábrica de rodajes, forja y fundición Vanguardia Socialista, de Guanabacoa.
“Ya me iba a jubilar, pero ahora no lo haré hasta que mi taller vuelva a echar a andar”, confesó el experimentado moldeador del acero, a quien hallamos en el ajetreo de la recuperación de esta industria metalúrgica al borde de la Vía Blanca, muy devastada por el tornado que afectó a La Habana el pasado 27 de enero.
“Gracias a Dios, el llanto fue corto”, dijo ella, quien ahora no puede desempeñar su labor habitual en una de las potentes grúas de la fundición destruida, pero que trabaja como el resto del colectivo en alternativas productivas para llevar a la par la reconstrucción de la fábrica y el cumplimiento de sus planes de venta.
El impacto del tornado en Vanguardia Socialista fue directo y brutal, con daños sobre sus enormes naves y estructuras metálicas imposibles de describir y hasta difíciles de creer, aun viéndolas. Dobló vigas del grueso de columnas como si fueran de papel, proyectó por los aires más allá de su carril una grúa viajera de unas 10 toneladas de peso, arrancó techos, puertas y ventanas.
Hombres y mujeres curtidos en el trabajo cuerpo a cuerpo con la fragua, el hierro, la soldadura, todavía contraen la expresión del rostro para evitar que broten lágrimas de emoción, cuando rememoran sus primeras impresiones al llegar a su centro de trabajo después de la tragedia. Sin embargo, la labor es incesante, los resultados visibles, y lo que pudo parecerles el fin de su fábrica, comienza a ser nueva esperanza.
“Queda mucho trabajo por delante, pero también es bastante ya lo hecho”, resumió Miriam Peña Betancourt, secretaria general del buró sindical en esta mítica industria pesada, donde todavía su colectivo de unos 160 trabajadores recuerda la presencia del Comandante Ernesto Che Guevara.
La reconstrucción continúa
En el taller de forja, su jefe Iván Zayas nos muestra los avances en el techado de la inmensa nave, que acomete una brigada especializada de 24 obreros de la Cooperativa Cubana de la Construcción, una de las fuerzas movilizadas en apoyo a la recuperación de esta industria.
“Es un trabajo complejo, lento y peligroso”, explicó Reinaldo Echenique Fundora, jefe de obra de la citada cooperativa. El mal estado de conservación de las antiguas estructuras y los destrozos que produjo el tornado obligan al desmontaje de una tercera parte o más de las vigas de cubierta, antes de izar a mano y soldar las nuevas traviesas, para poder volver a techar.
Es una labor a 12 metros de altura como promedio, con amarre de cada obrero en dos puntos diferentes como medida de seguridad, y la presencia permanente de un técnico de Protección e Higiene del Trabajo que calcula en lo alto la velocidad del viento, entre otras precauciones.
Debajo, Zayas nos muestra la obsoleta tecnología con que cuenta el taller, cuyos perjuicios técnicos no es posible evaluar pues las instalaciones más complejas aún no pueden conectarlas a la electricidad. No obstante, la prioridad que recibe la recuperación quizás abra también la posibilidad para futuras inversiones.
“La idea es que todo quede mejor que antes”, aclaró Jorge Pérez Ascariz, director de esta actual unidad empresarial de base (UEB), perteneciente a la empresa metalmecánica Varona, quien admite el deterioro acumulado que tenía Vanguardia Socialista.
Ya disponen, por ejemplo, de los 35 mil metros cuadrados de tejas que requieren los techos y laterales de sus grandes talleres, de los cuales ya montaron unos 10 mil 500, alrededor del 30 por ciento. Laboran en esta tarea ocho brigadas con aproximadamente 80 constructores, provenientes de empresas de Ciego de Ávila, Santiago de Cuba, Las Tunas y Cienfuegos, así como integrantes de dos cooperativas, que prevén terminar todas las cubiertas en abril. “Hay algunas áreas que comenzaron a producir. El taller de forja debe funcionar el mes próximo, la fundición sí va a demorar más por la magnitud de los daños”, estimó el director.
¿El desastre, una oportunidad?
Vanguardia Socialista distaba mucho de sus tiempos de mayor esplendor económico en el momento del desastre. Con una producción mercantil de cerca de 9 millones de pesos en el 2018, su plan de este año no supera los 8 millones.
La forja de piezas de repuesto para diversos sectores como las Fuerzas Armadas Revolucionarias, la Construcción, el Transporte y la Industria Básica estaba entre sus principales negocios, a partir de una planta fabril muy antigua y con mucho desgaste.
El taller de fundición no funcionaba desde marzo del pasado año, y justo cuando laboraban para la posible arrancada del horno roto, vino el destructivo tornado.
No obstante, en febrero último, en medio ya de la recuperación, lograron ingresar 436 mil pesos, según informó Carlos Dorta Cádiz, jefe del Departamento de Venta y Contratación.
La reparación de los pisos de los ómnibus Yutong; la conformación y ensamblaje de pequeños y medianos molinos que a partir de los escombros producen áridos para las minindustrias de materiales de la construcción, como parte del programa de viviendas en los municipios; y la fabricación de parques infantiles, son algunas de las variantes productivas que sostienen a esta unidad empresarial de base.
Arturo Rodríguez Rodríguez, con 39 años en la fábrica, es uno de los dos ingenieros en la pequeña brigada de cinco trabajadores que en tan difíciles condiciones hoy producen los parques infantiles, con mucha aceptación en el país.
En medio del taller de estampa donde antes elaboraban los herramentales para la forja, y todavía sin techo, entre otras visibles consecuencias del siniestro, ellos arman siete tipos de equipos para la recreación: paralelas, cachumbambé, columpio, anillas, dos modelos de escaleras y un aparato combinado.
“Lo que en un inicio pensamos que sería la destrucción final de nuestra industria, podría ser quizás otro camino para su reanimación”, aseveró Dorta Cádiz.
Paralelamente con la búsqueda de estrategias para la reactivación económica de la industria, el entorno cambia cada día. Ya casi terminan la nueva cerca perimetral, mucho mejor y más bonita que la derribada. En negociación está un nuevo identificador para sustituir el viejo e inmenso cartel lumínico que el tornado despedazó. Así quienes transiten por la Vía Blanca sabrán que allí sigue y seguirá un colectivo Vanguardia Socialista.