Aunque el número de leyes ambientales promulgadas en el mundo se ha multiplicado por 38 desde el año 1972, la incapacidad para aplicarlas y hacerlas cumplir plenamente es uno de los mayores desafíos para mitigar el cambio climático, reducir la contaminación y detener la pérdida generalizada de especies y hábitats.
La advertencia constituye la principal conclusión del estudio Estado del Derecho Ambiental: Primer informe global, elaborado por el Programa de Naciones Unidas para el Medioambiente (PNUMA) y divulgado por sus medios digitales.
Según consigna el informe, a pesar de la cooperación multilateral y las acciones nacionales, no han sido creados organismos ambientales sólidos capaces de hacer cumplir las leyes y los reglamentos con efectividad.
Entre los numerosos factores que contribuyen a la deficiente aplicación de las leyes ambientales, el reporte identifica la escasa coordinación entre organismos gubernamentales, una capacidad institucional debilitada, la falta de acceso a la información, una participación cívica reducida y la corrupción.
También se detallan acontecimientos positivos registrados desde el año 1972, como el derecho a un medio ambiente sano consagrado en las constituciones de 88 países y la protección del medio ambiente incorporado en las de otros 65 Estados. Se resalta además la creación de más de 350 tribunales ambientales en más de 50 naciones, y la existencia de disposiciones legales sobre el derecho de los ciudadanos a la información ambiental en más de 60 países.
El informe alerta sobre una preocupante tendencia: la resistencia a las leyes ambientales, que resulta en un creciente número de casos de hostigamientos, amenazas y asesinatos de defensores del medio ambiente. Entre el 2002 y el 2013, fueron asesinados 908 defensores ambientales en 35 países; otros 197 fueron ultimados en el año 2017.
De acuerdo con el reporte, solo 20 de 70 países examinados (28 %), están clasificados como “buenos” o “muy buenos” en lo que respecta a la elaboración de un informe periódico, completo y actualizado sobre el estado del medio ambiente.
“Este informe explica por qué, pese a la proliferación de leyes ambientales, persisten problemas como la contaminación, la reducción de la biodiversidad y el cambio climático”, dijo David Boyd, Relator Especial de la ONU sobre los derechos humanos y el medio ambiente.
“A menos que se fortalezca el estado de derecho ambiental, incluso las normas aparentemente rigurosas están destinadas al fracaso y no se alcanzará el derecho humano fundamental a un medio ambiente saludable”, apuntó Boyd.
Por su parte Joyce Msuya, Directora Ejecutiva interina de ONU Medio Ambiente, sentenció: “Ya tenemos la maquinaria en forma de leyes, regulaciones y agencias para regir nuestro medio ambiente de forma sostenible. La voluntad política resulta ahora esencial para garantizar que las leyes y organismos funcionen a favor del planeta.”