Aulas sin techos ni ventanas, fragmentos de tejas, pupitres, documentos y cuadernos, por doquier. Hubo desconsuelo en los maestros y maestras, padres, madres y el alumnado de la escuela primaria Osvaldo Sánchez Cabrera como saldo que dejó el tornado que asoló zonas de la capital cubana, el pasado 27 de enero.
Para los vecinos del reparto Martí, lugar donde está ubicado el plantel en municipio del Cerro, aquel momento ha quedado como una pesadilla. La desventura parecía irremediable a la vista de todos.
Tanto pesar lo reconforta hoy la presencia allí de obreros pertenecientes a una brigada de la Cooperativa de Créditos y Servicios Juan Bruno Zayas y de la Empresa Constructora Toledo, del municipio de Boyeros.
En dos frentes de trabajo acontecen las acciones. Uno de ellos es el edificio principal de la escuela –una edificación de dos plantas– donde está ubicada la dirección y las aulas de preescolar, primer grado y laboratorios de computación.
Según explica Alexis Castillo Maceo, inversionista de la dirección municipal de educación en el Cerro, “se trabaja de arriba hacia abajo. Las labores de albañilería en el segundo piso se encuentran a un 95 por ciento de reparación en lo que concierne a descorchado de paredes, techos y pasillos, así como se han conformado los espacios para colocar las nuevas ventanas”.
Agrega que, como parte de un cronograma de obra, se procederá a restablecer las conexiones para la electricidad, el montaje de tres tanques plásticos y la instalación de sus accesorios de plomería, lo cual se realizará tras concluir la colocación de las mantas de impermeabilización de cubiertas.
Muy cerca del edificio principal están las aulas de segundo hasta sexto grado. Dada la magnitud de los daños, la restauración incluye, entre otras acciones, la construcción del arquitrabe, la restauración total de los techos para sustituir los canalones que el tornado destruyó por planchas de zinc galvanizado y dejar listas las condiciones para reponer puertas y ventanas.
Casi a diario, Pedro Pablo Rojas Ramírez, director del plantel, recibe preguntas de los alumnos acerca cuándo retornarán a sus aulas.
“Los muchachos están reubicados en el Instituto Politécnico Blas Roca Calderío, en el propio reparto Martí. Los mantengo informados de cuánto aquí se lleva a cabo y les digo que la escuela no quedó detenida en el tiempo.” aseveró.
Anunció que para finales de abril se prevé finalizar la rehabilitación del plantel.
Entonces volverá a escucharse la algarabía de niños y niñas con sus uniformes y mochilas a la hora de la entrada a clases, durante el receso o de vuelta a sus hogares. Y no faltará el agradecimiento a los constructores cuyo afán hace posible borrar las huellas de aquella pesadilla.
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