Es fácil advertir en el rostro de los protagonistas la satisfacción que sienten después de compartir una extensa jornada de trabajo voluntario y de intercambiar con autoridades del Partido y el gobierno del municipio de Regla, uno de los más afectados por el impacto del tornado del 27 de enero en La Habana.
Hasta esa devastada zona de la capital cubana llegaron, el pasado domingo, 37 trabajadores, en su mayoría jóvenes, en representación de todas las unidades empresariales de base adscriptas a la Empresa de Construcción y Montaje (Conalza), de Las Tunas, quienes bajo el mandato del humanismo llevaron ayuda material y el mensaje de solidaridad de sus coterráneos con los damnificados.
“Fuimos a aportar nuestro granito de arena a la recuperación. No podíamos permanecer tranquilos ante el desastre sufrido por nuestros compatriotas y quisimos compartir con ellos su dolor y los ímpetus con que van restaurando los daños sufridos”, enfatiza Elizabeth de la Cruz Rodríguez, trabajadora del área de Informática y secretaria general del comité de base de la UJC en la UEB Atención al Hombre.
El máster Maikel Rondón Montero, director de la mencionada unidad, recuerda que la idea surgió de una conversación informal, sobre la recuperación en La Habana, “ese diálogo generó una lluvia de ideas. Todo el mundo opinó y confeccionamos un programa muy bien acogido por nuestros colectivos laborales”.
Dice que así comenzó a construirse, con sentimientos de solidaridad, la ruta que los llevó a ese sitio siniestrado, donde entregaron un donativo con ropas, zapatos, productos de aseo personal y comestibles, entre otros artículos donados por los trabajadores; “también pusimos pintura y brochas. Allí pintamos tapias, paradas de ómnibus, casas; cernimos arenas; cargamos materiales; participamos en tareas de saneamiento, visitamos viviendas…”.
Reseña que fue algo muy bonito ver la manera en que tienen organizada la distribución de las donaciones, “antes de salir ya estaban entregando a los más perjudicados las cosas que llevamos”.
Y retornaron dispuestos a seguir colaborando y muy impresionados por la acogida de las autoridades y los vecinos, por las muestras de agradecimientos dispensadas, “muchos no ocultaban el asombro cuando conocían que éramos de Las Tunas y nos brindaban café, agua fría…
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