“Quiero evacuar una duda que es de interés de muchos docentes, no solamente de mi municipio”, nos escribe Maricel Lovelle Grave de Peralta, con residencia en calle D, no. 56, entre 2 y 3, Palmarito de Cauto, Mella, Santiago de Cuba.
Le preocupa el tratamiento que se le debe dar a un maestro o profesor cuando tiene una enfermedad profesional y le falta poco tiempo para la jubilación.
Pregunta si es obligatorio cambiarlo de plaza, a pesar de que afecte el salario, o si existe otro recurso que lo beneficie, ya que dedicó toda su vida a impartir docencia.
“Cuando esto sucede no siempre se procede con justicia. Se cambia al maestro para otra plaza y también su salario, lo que provoca en ocasiones disgusto de profesionales que lo dieron todo”.