De trascendental y memorable, como un acto extraordinario de nuestra historia, de significativa importancia para la continuidad de la Guerra de los 10 años, calificó el Doctor Eduardo Torres Cuevas el levantamiento armado del 6 de febrero en Las Villas, hace 150 años.
De trascendental y memorable, como un acto extraordinario de nuestra historia, de significativa importancia para la continuidad de la Guerra de los 10 años, calificó el Doctor Eduardo Torres Cuevas el levantamiento armado del 6 de febrero en Las Villas, hace 150 años.
En su intervención, durante la Jornada de Reflexión Histórica por el Aniversario 150 del inicio de las Guerras por la Independencia en la Región Central de Cuba, el eminente investigador, presidente de la Academia de Historia de Cuba y director de la Biblioteca Nacional, insistió en la necesidad de aunar esfuerzos para hacer de este hecho una celebración nacional por ser una de las grandes fechas patrias.
Especificó que esta fue una insurrección general, que agrupó más de 5 mil hombres e insistió que queda por averiguar cómo se pusieron de acuerdo, cómo se unieron, si es cierto que la Filarmónica y los Liceos influyeron en sus encuentros secretos y en sus vínculos.
“Fue un proceso masivo de distintos puntos y distintos alzamientos y es muy peculiar que desde la cultura se preparó este alzamiento”, puntualizó.
En sus palabras elogió a los hombres extraordinarios que la protagonizaron: Miguel Gerónimo Gutiérrez, Eduardo Machado, Antonio Lorda, Carlos Roloff, Federico Fernández Cavada, entre otros y los caracterizó como una juventud insurrecta, ilustrada, culta, que conspiraba desde 1862 en las logias masónicas, quienes luego tendrían una determinante participación en la Asamblea de Guáimaro.
Asimismo explicó que la región era la más compleja del país para insurreccionarse, con las más violentas contradicciones, pues tenía todos los elementos en contra: una región azucarera desarrollada, esclavitud bozal, lo que significa que el esclavo no había sido cristianizado ni hablaba español. Además era la región de mayor concentración de esclavos, amplia inversión de capital y estaba organizada una población española y canaria mayoritaria con un amplio comercio y movimiento vial por ferrocarril.
Consideró que el alzamiento en Cafetal González, Manicaragua, fue continuidad de La Demajagua y Las Clavellinas y puntualizó que para esta fecha, cuatro meses después del primero, esta insurrección era la consolidación de la guerra, no ganada pero tampoco perdida. Insistió en una idea que consideró medular: era el pueblo el que estaba en armas”.
Asimismo señaló que los hombres que se alzaron el 6 de febrero en Las Villas fueron héroes de talla inmensa, acotó.
Estas reflexiones las realizó el doctor Torres Cuevas como parte del panel referido a los alzamientos villareños y su influencia en el destino de la liberación nacional, en el que intervinieron además el Dr. Rolando Rodríguez, miembro de la Academia de la Historia, y el máster en Ciencias René González Barrios, presidente del Instituto de Historia de Cuba.
El evento, auspiciado por la Unión de Historiadores de Cuba (UNIHC), tuvo debates teóricos relacionados con la gesta independentista iniciada por Carlos Manuel de Céspedes el 10 de octubre de 1868, fue presentada una aplicación para móviles como parte de la investigación realizada por la historiadora villaclareña Migdalia Cabrera.
Para mañana miércoles está previsto el acto central por el aniversario 150 de la efeméride en Cafetal González, intrincado sitio del Escambray villaclareño en el municipio de Manicaragua, lugar en el que más de 5 mil villareños con solo unas 200 armas se incorporaron a la gesta independentista contra el colonialismo español.