Por Lianet Suárez Sánchez y Diana del Llano Vega
Desplazarse sobre un mulo por localidades de la Sierra Maestra con el fin de facilitar a los clientes sus prestaciones como barbero se ha convertido en un quehacer cotidiano y placentero para Ernesto Rosabal, porque el acceso difícil al lugar donde reside no puede ser, simplemente, otra limitación.
Al igual que él, Dianaysis Guerra, con solo 21 años de edad, desanda diariamente por comunidades distantes del mismo macizo montañoso para ejercer su actividad de peluquera. Pese a lo agobiante que puede resultarle el camino, la satisfacción de lo logrado es en ella huella permanente.
Como puntos de convergencia tienen también el hecho de ser miembros de la Asociación de Limitados Físicos y Motores (ACLIFIM), además de haber conocido la posibilidad de valerse económicamente por ellos mismos y hacer de sus prácticas un referente.
“Al concluir los estudios de servicio de belleza en el Instituto Politécnico Combate de La Estrella, en el Caney de Las Mercedes, municipio de Bartolomé Masó, estaba en mi casa porque no encontré trabajo, pero compraba los productos y ejercitaba el oficio con mi mamá”, refirió Dianaysis quien padece desde su nacimiento una escoliosis con doble curvatura y disminución del miembro inferior izquierdo.
“Me avisaron entonces del proyecto de inserción laboral. Antes tenía que depender de mis padres para mantenerme pero luego de estar en plena labor ya puedo hacerlo por mí misma y también ayudar a mi familia”, dice orgullosa.
Una alianza acertada entre Leonel Estrada y Amir Guerra, instruidos en las manualidades de la panadería y la repostería, respectivamente, también le dan a este enclave una nueva y enriquecedora perspectiva. Concebir un puesto de venta de dulces y otras golosinas sobrevino luego de que quedaran disponibles en los centros laborales donde habían estado empleados.
Hoy, mediante el lenguaje de señas, hacen distinguir su regodeo con la decisión adoptada.
Desde hace cuatro años historias similares son bien conocidas en Granma. Unas 240 personas con discapacidades han encontrado en el trabajo por cuenta propia el asidero para su autorrealización. Muchos sueños perdidos, o desesperanzas, fueron vencidos para dar paso a la tenacidad y la confianza.
En función de…
El proyecto de inserción socio laboral para personas con discapacidad tiene como objetivo fundamental mejorar las oportunidades de empleo para este segmento de la población, partiendo de sus aptitudes, motivaciones y de un análisis de las demandas de la comunidad, según explicó Yunia Núñez Guevara, coordinadora de ese programa en Granma.
Añadió la funcionaria que como antecedente tiene uno de rehabilitación basado en la comunidad, cuya prueba piloto se desarrolló desde 2001 al 2009, y que se implementó en los municipios de Guisa, Bartolomé Masó y en cinco consejos populares de Bayamo
“Nos enfocamos en la rehabilitación integral de las personas con discapacidades físicas, visuales auditivas e intelectuales para que se autogestionen la subsistencia, lo cual responde a una de las estrategias actuales de la Organización Mundial de la Salud.
“En esta segunda fase decidimos actuar en las dos últimas jurisdicciones mencionadas porque a los individuos, con los que ya habíamos logrado un nivel de funcionabilidad, le podíamos dar la opción de completar esa rehabilitación: el empleo”.
De acuerdo con Núñez Guevara un elemento importante para el propósito manifiesto ha sido la actualización del modelo económico que ha permitido con la apertura del sector no estatal que este sea una fuente importante de inclusión laboral.
“La viabilidad de trabajar en el hogar, o en encadenamientos productivos con otras personas, está siendo una oportunidad más amplia, que nos hace notar que estamos teniendo éxito.
“Hay que resaltar que con la realización de estas actividades no solo mejoran las condiciones económicas y de vida, sino que hay evidencias notables de mejores proporciones de autoestima, autorrealización, de sentimientos de validez y de aportar al desarrollo de su familia y comunitario, porque muchos empleos que se han generado son servicios que no existían en las comunidades. Tal es el caso de Bartolomé Masó, que al ser un municipio esencialmente agrícola nos brindaba pocas oportunidades; sin embargo ahora es perceptible otra realidad.
“En el sector estatal- aseguró- el hecho de no estar adaptados los puestos de trabajo, los horarios y las condiciones estructurales, de forma general, no les permiten permanecer en sus opciones. Tenemos que incidir más en que los colectivos conozcan lo suficiente sobre la discapacidad y comprendan qué pasa con una persona con limitaciones físicas para poder estar incluida en una institución.
“Hasta el momento sólo hemos logrado que 28 de nuestros asociados se empleen aquí, aun cuando nos hemos esforzados por conseguir más provechos en ese sentido”.
Por último la coordinadora del proyecto, cuya experiencia sin precedentes debe extenderse a otros territorios, hizo referencia a la participación de las organizaciones comprometidas, ANCI, ACLIFIM y ANSOC, la cual calificó de imprescindible:
“Ellos tienen como lema “nada sobre nosotros sin nosotros” y lo hicieron valer. Son los que conocen lo que quieren, sus necesidades y alcances y buscan las estrategias para que los asociados sean más activos. Por eso cuando se les da más posibilidad de implicación desde un enfoque personalizado, estás empoderando a las personas con discapacidades quienes son responsables de su propia inclusión”.
Las razones
Detrás de la real complacencia de estas personas, porque han buscado alternativas para hacer factibles y sostenibles las nuevas actividades económicas aprobadas, existe el empeño de un amplio número de colaboradores.
A la iniciativa se unió, como organismo rector, la Dirección Provincial de Trabajo y Seguridad Social, el Ministerio de Educación, la Asociación Nacional de Economistas y Contadores (ANEC), los bancos Popular de Ahorro y de Crédito y Comercio (BPA y BANDEC) al tiempo que cuenta con la colaboración suiza de Humanity & Inclusion.
Por su parte el Instituto Provincial de Estudios Laborales incluyó dentro del currículo del Diplomado de Sistema de Gestión Integrado de Capital Humano, un módulo de Discapacidad, accesibilidad y ajustes razonables, a través del cual 25 funcionarios de esta actividad de diferentes empresas fueron capacitados y de ellos se espera brinden luces a este propósito mancomunado.
En el periodo se realizaron 70 talleres como nuevos espacios de formación para jóvenes y adultos, en estos dos municipios, los que contaron con el aporte sustancial de 74 trabajadores sociales que fueron capacitados como orientadores laborales.
Fundamental fue también la contribución de 115 activistas voluntarios. Ismaris Verdecia, una de las bayamesas líderes en esta práctica, convirtió su casa en un taller comunitario donde se aprende el oficio de la repostería, por lo que sus instrucciones hacen de ese espacio particular un sitio de confluencia.
“Siempre tuve la esperanza de que las personas con discapacidad pudieran prepararse para un futuro y llegar a hacer algo por sí mismos. Hoy estoy enseñando a seis y ya he preparado a más de 20. Yo les digo que no es igual una ayuda a que sean ellos los que salgan adelante en un oficio”, enfatizó.