Serie del Caribe: Leña de roble a los 70 años

El 25 de febrero de 1949 —dentro de pocos días hará 70 años—, los Alacranes del Almendares ganaron la edición inaugural de las Series del Caribe, celebrada en el Gran Stadium de La Habana (hoy Latinoamericano).  Dentro de apenas unos días, los Leñadores de Las Tunas, campeones de la 58 Serie Nacional, buscarán imitar tal actuación con la solidez de un roble bien robusto, aunque sin experiencia anterior en estas lides.

Muchos nombres pudieran citarse de memoria tras siete décadas del acontecimiento que marcó una mayoría de edad para el béisbol regional. Agapito Mayor, con tres de los seis triunfos y el premio de jugador más valioso;  Monte Irvin, líder en jonrones (2) e impulsadas (11); Al Gionfrido, campeón de bateo (533); y Héctor Rodríguez (primero en hits (11) y slugging (750) fueron de los más destacados en una nómina que integraron, entre otros, Conrado Marrero, Andrés Fleitas y Willy Miranda.

Cuba dominó siete de las doce versiones iniciales hasta que en 1960 el certamen se suspendió por razones políticas, más que deportivas. Retomado en su segunda etapa en 1970, no fue hasta el 2014 que nuestros elencos reanudaron la senda por la lid, con la mejor recompensa a cargo de los Vegueros de Pinar del Río, monarcas en San Juan 2015.

Ideas para reflexionar

La representación dirigida por Pablo Civil no ha dejado de ser polémica desde su conformación. Más allá de la lógica discrepancia con algún que otro refuerzo de los convocados (César Prieto, Frank Luis Medina y Oscar Luis Colás son los más cuestionados por no estar), la estrategia del mentor merece respeto y de una vez y por todas, es sano comprender que ningún conjunto que triunfe en nuestros clásicos tiene la calidad para aspirar a imponerse en esta justa si no suma peloteros de experiencia.

En las tablas que acompañan este texto puede apreciarse el desempeño de cada uno de las selecciones. Villa Clara apostó a 22 de sus naranjas y apenas pudo ganar un desafío y terminó última. Del resto, la otra más discreta faena, en números y resultados, corrió a cargo de los Tigres de Ciego de Ávila, que acudieron con 16 importados, pero desfasados de su forma óptima.

La escuadra tunera cuenta con 12 debutantes y 14 recién campeones, en tanto Denis Peña parece que cabía, aunque no fuera el titular. Todos los anteriores mentores y especialistas hemos coincidido en la necesidad de experiencia y talento para enfrentar el torneo, pues los ajustes a la ofensiva hay que realizarlos en cada turno al bate. En cuanto al pitcheo, la correcta especialización en abridores, intermedios y cerradores (con recta superior a las 90 millas) resulta imprescindible.

¿Están listos estos Leñadores para luchar por el noveno cetro de Cuba? Una vez más sostengo la tesis de que estas Series del Caribe —no así el Premier o el Clásico Mundial— son accesibles al nivel que tenemos en la pelota cubana y por tanto, podemos ganar o ceder cerradamente.

Estrellas Orientales de República Dominicana y los Cangrejeros de Santurce de Puerto Rico son los rivales conocidos (faltan los monarcas de Venezuela y México), pero su calidad exigirá el mínimo de errores, sobre todo en los choques semifinal y final.

Velocidad, tacto, fuerza, concentración y producir carreras para sostener a nuestros 13 serpentineros —la cifra más alta que hemos llevado a estas citas— son herramientas infaltables. La pelota cubana puede homenajear la historia de 1949. No es imposible.

Hasta la tarde de este domingo, todavía no se tenía la firmeza de alguna sede alternativa a Barquisimeto, a partir de la situación política y social de Venezuela por estos días. Los organizadores han insistido en que puede celebrarse allí, en tanto la Confederación de Béisbol Profesional del Caribe informó que este lunes dará a conocer si finalmente las gestiones anunciadas que se han hecho con México para acoger esta versión de emergencia se concretan.

Nuestros equipos a las Series del Caribe

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