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Convertir el talento en un recurso económico

Por Alfredo Machado López

La Ciencia, la Tecnología y la Innovación, como categorías del Plan y el Presupuesto de la economía, tienen en el desempeño de los innovadores y racionalizadores un elemento muy significativo a considerar, por dos razones fundamentales.

“El innovador siempre hace la parte más difícil: la solución del problema”. Foto: Agustín Borrego

La primera: la experiencia, la elevada preparación profesional y técnica, el enorme potencial creativo y el alto compromiso y consagración de estos trabajadores; y la segunda, la historia de aportes y soluciones que han contribuido al funcionamiento de equipos y medios con alto grado de obsolescencia tecnológica.

La planificación de la actividad innovadora y su aseguramiento financiero y material resultan decisivos para concentrar el potencial creativo de los innovadores en aquellas cuestiones que limitan el cumplimiento del Plan o el Presupuesto de la economía; es decir, en las tareas contenidas en el plan temático, una herramienta de la planificación, derivada del banco de los problemas de cada entidad.

Es importante comprender además, que en el proceso de planificación y de información y debate con los trabajadores, la participación activa de los aniristas favorece la identificación de las reservas de productividad y eficiencia, a la vez que los compromete en la solución de los mencionados problemas que afectan el cumplimiento.

Son los innovadores, con su dominio de las normas e índices de consumo y las debilidades o limitaciones de cualquier equipo o medio de trabajo —por su utilización diaria—, quienes mejor conocen cómo sacar el mayor rendimiento en cada una de las circunstancias que se presentan en la producción o la prestación de servicios.

Por otra parte, cuando se alarga la vida útil de equipos y medios, se usan racionalmente los recursos disponibles, se fabrican y recuperan piezas de repuesto, no solo se sustituyen importaciones, sino que se contribuye a elevar la productividad del trabajo con un menor gasto financiero; sobre todo, en esta etapa de resistencia por las limitaciones que nos impone el bloqueo que obstaculiza también las inversiones para introducir nuevas tecnologías.

También en el proceso de planificación económica se hace necesario considerar los recursos que emplearemos para el reconocimiento, la estimulación, la dignificación y remuneración oportuna de quienes han contribuido, con su ingenio creador, al cumplimiento eficiente de los planes, teniendo siempre presente que los recursos financieros ya fueron creados y constituyen un resultado económico tangible y auditable, según se establece en la Resolución 1006/2015/ MFP, para la creación del fondo del 30 % del efecto económico de las innovaciones aplicadas, destinado precisamente para dichos fines.

Es preciso tener en cuenta en todo momento el contenido del Lineamiento 105, ratificado en el VII Congreso del Partido, que plantea la necesidad de “Actualizar las vías existentes y definir e impulsar otras para estimular la creatividad de los colectivos laborales de base y fortalecer su participación en la solución de los problemas tecnológicos de la producción y los servicios, así como la promoción de formas productivas ambientalmente sostenibles”.

La obra de la Revolución también está en los cientos de miles de obreros, técnicos y especialistas del más alto nivel profesional y científico, formados en estos 60 años, con una experiencia y compromiso a toda prueba, que atesoran una rica historia creativa en todos los sectores y ramas de la economía y la defensa del país. Este recurso humano está dispuesto en nuestros colectivos, más allá de los organizados dentro de la Asociación Nacional de Innovadores y Racionalizadores, Anir. Nos concierne favorecer su participación —como trabajadores— en la planificación económica, pues de su ingenio dependen, en gran medida, sus ingresos.

El Plan aprobado, como dijera el Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, Miguel Díaz-Canel Bermúdez es lo mínimo que nos proponemos; por tanto, nos corresponde favorecer, con las herramientas que tenemos a nuestro alcance, la efectiva participación de los innovadores en la planificación económica, para sacar a flote las reservas aún existentes y continuar convirtiendo el talento en el recurso económico que necesitamos y hacer avanzar nuestra economía.

*Presidente nacional de la Anir.

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