Tanto en la capital del país como en la suroriental ciudad santiaguera los últimos siete días de enero estuvieron marcados por la singularidad sonora del jazz con el desarrollo, desde el 14 y hasta ayer, de la 34 edición del Festival Internacional Jazz Plaza.
Lejos de dividirse, el encuentro se multiplicó entre La Habana y Santiago de Cuba, esta última cada vez más abierta a lo jazzístico, gracias, entre otras cosas, a los esfuerzos de la filial provincial de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac), con Rodulfo Vaillant al frente, por visibilizar y fomentar el apego a este “fenómeno musical”.
El 34 Festival aportó a ese fin en cada uno de los momentos que tuvo en la tierra santiaguera, entre estos el Coloquio Internacional Leonardo Acosta In Memoriam, que sesionó en el salón Sierra Maestra del hotel Meliá Santiago, y las presentaciones de solistas y agrupaciones en el teatro Martí, el patio La Jutía Conga de la Uneac, el Iris Jazz Club, la Fundación Caguayo, el centro cultural La Pachanga o la Plaza Dolores, donde tuvo lugar la clausura.
Distintivo resultó la actuación del pianista Arturo O’Farril, radicado en Nueva York, sobresaliente en el escenario jazzístico mundial, quien se unió a la agrupación Los Muñequitos de Matanzas y a la santiaguera Conga de Los Hoyos en un memorable concierto que dejó al descubierto las raíces comunes que comparten el jazz, la rumba y la conga, con tronco común en la cultura africana.
Otros que marcan pauta dentro del género también deleitaron al público santiaguero: Albertico Lescay y Formas, Gisel Lage, Vocal Compás, el cuarteto de saxofones Magic Sax…, en tanto estudiantes de la Escuela Profesional de Arte José María Heredia y del Conservatorio Esteban Salas mostraron y demostraron cuánto talento hay en los centros de la enseñanza artística del país, garantía del lucimiento presente y futuro de la música cubana.
Desde Santiago de Cuba asimismo se realzó el Festival con el aporte del reconocido artista de la plástica Alberto Lescay Merencio, quien donó su obra Jazz=Libertad para que sirviera de inspiración al cartel de esta edición.
En La Habana los sitios elegidos para las presentaciones —los teatros Nacional, Bertolt Brecht y Mella, la Casa de Cultura de Plaza, el Pabellón Cuba, Fábrica de Arte, entre otros— acogieron la actuación de altos exponentes del género de una decena de naciones, así como homenajes a músicos, agrupaciones, casas discográficas e investigadores cubanos.