El Proyecto de Estatutos de la CTC será consultado con los cuadros a partir de este 22 de enero. Desde el 11 de febrero al 10 de marzo se hará en asambleas de análisis en las secciones sindicales seleccionadas
Decía Lázaro Peña que la importancia de un Congreso sindical no radicaba en el número de delegados presentes en sus sesiones finales sino en que los asuntos a tratar en este se hubiesen analizado previamente en los colectivos laborales.
Ese era, a su entender, el verdadero cónclave, el de millones, porque en una organización que es de todos, subrayaba, había que escuchar a todos, darles la oportunidad de proponer soluciones a los problemas, de manera que impere siempre la democracia.
Así ha ocurrido con el XXI Congreso, desde su Convocatoria lanzada en enero del pasado año, estudiada y debatida amplia y profundamente por los trabajadores, lo cual posibilitó conocer los principales temas que aspiraban a que se abordaran en la magna cita.
Otro escenario donde se pudo palpar el sentir de los afiliados fueron los balances de las organizaciones de base, las conferencias municipales y provinciales y de algunos sindicatos nacionales, y finalmente resultó muy aportador el rico debate generado en torno al documento Bases para el Fortalecimiento de la Misión del Movimiento Sindical Cubano, del que se derivaron 184 mil 728 planteamientos, de estos 154 mil 851 propuestas. El 65 % estuvieron asociados a la batalla económica y el 35 % dirigidos a mejorar el funcionamiento de la organización*.
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En este mes de enero comenzó el estudio del Proyecto de Estatutos de la CTC, que una vez aprobado regirá la vida de la Central en los próximos cinco años.
Regla María Águila Hernández, jefa del Departamento de Capacitación, a cargo del puesto de dirección nacional para examinar los criterios derivados de esta consulta, nos aclara que si bien el proceso se ha dado por iniciado ahora, se abordó desde mucho antes, porque en los espacios mencionados se aportaron criterios y sugerencias valiosos sobre el sindicato que se quiere para estos tiempos, a partir de los cambios que tienen lugar en el país.
Por ello fue creada previamente una comisión integrada por cuadros y funcionarios de la Central y los sindicatos nacionales y del comité provincial de La Habana, que tuvo en cuenta dichas opiniones, revisó los Estatutos actuales y confeccionó un Proyecto que tiene ya 93 modificaciones, 17 supresiones y 12 adiciones. Ese es el documento que se está sometiendo a análisis.
Ello significa que el texto rector de la labor sindical en Cuba será también el fruto de un amplio ejercicio democrático, que se realizará en la totalidad de los organismos de dirección y los cuadros; el 100 % de los secretarios generales de burós sindicales de centros de trabajo y el 10 % de las secciones sindicales. En este último caso se hizo una distribución proporcional para que estuviesen representados todos los sectores y territorios de la nación.
Después de una primera etapa de estudio y preparación para la cual se han distribuido unos 20 mil ejemplares del Proyecto de Estatutos, a partir de este 22 de enero comenzará la consulta con los cuadros, y del 11 de febrero al 10 de marzo se hará en asambleas de análisis en las secciones sindicales seleccionadas.
Se espera que a mediados de ese último mes se pueda contar con una propuesta para que sea valorada primero en el Secretariado Nacional de la CTC, y llevada más tarde a la plenaria del Congreso. Allí se producirá otro acto de democracia, porque su contenido final lo definirán los delegados que son los representantes elegidos por los trabajadores.
Durante todo el proceso orgánico del XXI Congreso se ha planteado la necesidad de contar con un sindicalismo despojado de formalismos; con dirigentes a la altura de los desafíos de la actualización del modelo económico; con mayor liderazgo y protagonismo en el ejercicio de representación, a tono con las transformaciones en la composición y relaciones del escenario laboral; se vincule estrechamente con las masas y canalice sus inquietudes; cumpla eficazmente su papel de organizar, educar y movilizar a los trabajadores para las tareas de la Revolución; cuente con mecanismos y escenarios para premiar los mejores resultados; y trabaje por armonizar los intereses individuales con los colectivos. Sin embargo, no basta con los deseos. Definido lo que queremos, hace falta determinar cómo lograrlo y en ello radica la importancia de los Estatutos, texto que bien puede calificarse como la Carta Magna de la CTC, donde se conceptualiza y define el accionar del movimiento sindical.
Los que resulten aprobados en las sesiones finales del XXI Congreso regirán hasta el venidero cónclave. Para los cuadros sindicales son una guía de acción, un texto de cabecera que están comprometidos a materializar en aras de un mejor funcionamiento de la organización.