Cuando hace 50 años el Comandante en Jefe de la Revolución inauguraba la escuela y el policlínico de El Cangre, e indicaba que aquellas tierras cercanas a Güines, y por siempre sembradas de caña, debían dedicarse a la ganadería vacuna, la cría de búfalos era ciertamente una quimera. Hoy allí suman más de 7 mil cabezas de ganado, todos búfalos, una cifra incluso impensable en el 2002, momento en que llegaron al lugar los primeros 60 animales de esa especie.
Ciertamente iniciar la crianza de búfalos no fue tarea fácil. Era una especie desconocida y con mucha gente renuente. Esfuerzo y empecinamiento detrás de unos animales con cara de pocos amigos, aunque dóciles. En resumen, años de duro quehacer, donde muchos ya estaban cada día en pie desde antes de que los rayos del sol calentaran el frío amanecer.
Por ello el fin de semana último trabajadores de la Empresa Pecuaria Genética Bufalina El Cangre, conformada en 1976, y pobladores de la comunidad del mismo nombre, festejaban el medio siglo de la visita de Fidel, convencidos de que su idea aún prevalece.
Con la presencia de Yanina de la Nuez Aclich, integrante del Comité Central del Partido y su primera secretaria en Mayabeque, e Ismary Díaz Cabrera, al frente de la Central de Trabajadores de Cuba en esa provincia, homenajearon a un grupo de fundadores, en especial a Lázaro Betancourt Almeida, por sus 50 años ininterrumpidos en tareas de este plan ganadero.
Hoy es la única empresa del país con rebaño totalmente bufalino, con objeto social concentrado en la producción de leche, carne y sementales de alto valor genético.
En el 2018 la venta de leche a la industria se cumplió al 101 %, lo que se tradujo en un millón 368 mil 800 litros —cifra superior a la de un año antes y el mayor pico histórico—. Asimismo, sus más de 470 trabajadores enviaron a la industria más de 360 toneladas de carne.
“Para ello contamos con una importante gestión sindical —explica Marta Cruz Valdés, secretaria general del buró sindical extraterritorial—. Tenemos 21 secciones y una afiliación del cien por ciento”.
Así y todo, cuando hablan de resultados, esos trabajadores creen que al búfalo hay que prestarle un mayor interés. “La atención estatal siempre ha estado dedicada al vacuno; incluso no aplicamos la inseminación artificial y podríamos procesar la carne y así darle mayor valor”, aseguran.
Para Jorge Pérez Benítez, su director, el mayor salto previsto debe ser en el 2020, “momento en que nos vincularemos con una entidad de la Zona Especial de Desarrollo Mariel, a la que aportaremos leche para la fabricación de queso mozarela”.