“Trinidad es una joya en lo cultural, en lo patrimonial, en lo histórico”, expresó el Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros Miguel Díaz-Canel Bermúdez, en intercambio con los habitantes de esa urbe, durante su reciente visita gubernamental a esa ciudad, ubicada al sur de la provincia de Sancti Spíritus.
Sin fecha exacta en el candelario, pero con pruebas que apuntan al mes de enero, Trinidad festejó el aniversario 505 de su fundación, que la ubica como la tercera villa erigida por los españoles en Cuba.
Sin detenerse en el tiempo y acomodándose de una manera adecuada a la contemporaneidad, los trinitarios se afanan a la preservación de la Ciudad Museo del Caribe, fuente de orgullo y de sustento para los miles de habitantes que entremezclan su cotidianidad con otros cientos que llegan para descubrirla desde diferentes partes de Cuba y del planeta.
Allí están sus edificaciones coloniales, sus calles empedradas, su Valle de los Ingenios como fieles guardianes de la memoria colectiva y testigos de lo vivido por disímiles generaciones.
Y son los trinitarios del presente, quienes enlazados a los mejores valores del ayer, los que revitalizan de las fauces del olvido cada costumbre válida para enaltecer, no solo el valor de sus tejados de barro, sino lo más autóctono de sus tradiciones.
Para ello, múltiples manos se afanan al tejido, al bordado, al deshilado, a dar forma al barro que regala la tierra, artesanía que suman al paisaje citadino y rural trinitario, como símbolo de economía familiar y también de identidad, y que en el 2018 le valió el título de Ciudad Artesanal del Mundo.
En su cumpleaños 505, Trinidad continúa inmortal al tiempo. Vívida por el empuje de su gente, que abre sus puertas para los ciudadanos de Cuba y del mundo en una ofrenda de cultura, tradición, identidad.
“Le pedimos que defiendan Trinidad, que es bellísima. Es una de la ciudades más bella de Cuba”, valoró el Presidente Cubano tras recorrer parte del centro histórico de la villa.
