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Con pasión encomiada

Con pasión, el nuevo programa que con dos capítulos estrenó el Canal Educativo (CE) durante los días de celebraciones por el aniversario 60 de la Revolución, corroboró el interés de esa estación de la Televisión Cubana por mantener una cartelera de primer nivel artístico, en tanto promotora de enseñanzas y valores éticos entre la diversa teleaudiencia, con énfasis en los jóvenes.

Obelia Blanco (Adela) y Armandito Desvernine (Abel) en una escena de Mi querido tío.

Bajo la dirección de la experimentada Loly Vega (Aurora María Vega Domenech), con guion de Betty Albacosta (Nery Beatriz Álvarez Acosta), la asesoría de Raylexis Renté y la conducción de Gretel Cazón, el espacio incentivó la reflexión a través de breves historias sobre asuntos inherentes a la vida insular, particularmente en torno a la relación adulto mayor y joven, pensado sobre todo para la familia cubana, mediante una puesta en escena donde la ficción fue recreada en concordancia con la realidad.

El binomio Vega-Albacosta logró engranar una representación televisual en la que se conjugaron varios segmentos: dramatizado, musical, de opinión y conducción, para finalmente tratar de penetrar en los hogares del archipiélago, con el noble fin de contribuir al rescate y ejercicio individual y colectivo de esenciales valores éticos, como la honestidad, la sinceridad, la responsabilidad y la solidaridad, hoy en peligro de extinción.

Con pasión ganó palmas de los espectadores con un reducido grupo de actores, gracias a un guion bien pensado que, además de entretener, propició la reflexión sobre la significación de la familia en la contemporaneidad, fundamentalmente en lo concerniente al modo divergente de vida y convivencia, amén de la introspección crítica, de diferentes generaciones, dentro de un mismo hogar.

El primer programa (jueves 27 diciembre, 7:00 p.m.), titulado Mi querido tío (27 minutos de duración) contó con la actuación de la reconocida actriz Obelia Blanco (la abuela Adela), quien establece un esclarecedor diálogo con su nieto Abel, asumido por el carismático adolescente Armandito Desvernine, para motivar el pensamiento examinador alrededor de una cuestión que en pleno siglo XXI aún es considerada, por muchos, tabú. Me refiero a las relaciones de pareja entre el hijo de la primera y un transexual, lo cual genera opiniones malsanas de algunos integrantes de la comunidad. Explicativas opiniones de la psicóloga del Centro de Educación Sexual (Cenesex), Ángela Urquizar, enriquecieron la exposición del contenido.

El diseño de presentación (Arián Castro), sencillo, pero con un llamativo despliegue (collage) de fotografías extraídas de entornos familiares, tendió gancho hacia el espectador, intención a la que asimismo contribuyó la banda sonora (Rafael Fernández); equipo que, tras un arduo y selectivo trabajo de edición (Dagmaris Primo y Loly Vega), ofreció el siguiente jueves (3 de enero) la segunda entrega de Con pasión, para la cual se escenificó un libreto que echó anclas sobre un problema recurrente en muchos hogares cubanos: la convivencia de dos jóvenes, Pablo (José Alejandro) y Susana (Aurora Álvarez), divorciados, con su pequeño hijo Julián (Oliver Eduardo Leal) y el padre del primero y dueño de la vivienda, Paulo (Félix Beatón). Los comentarios estuvieron a cargo de la psicóloga Daimy Abelló, del Centro de Investigaciones Psicológicas y Sociológicas, quien disertó en torno al divorcio y su repercusión en la convivencia de adultos con infantes.

Cada capítulo fue enfocado desde una óptica realista, persuasiva, lo que favoreció un mejor acercamiento al público, empeño en el que vale mencionar a otros integrantes de esta oferta del CE, como Yanet Hernández (asistente de dirección) y Guillermo Guillén (producción).

En el engranaje audiovisu al vale destacar la excelente selección de los videoclips, como apoyatura del mensaje, además del parlamento atribuido a la conductora, cuyo desempeño en el segundo programa superó al del primero.

El CE despidió el año 2018 y abrió el 2019 con un espacio que si bien nos dejó con deseos de introducirnos en otros conflictos que enfrenta la sociedad, corroboró el valor de la televisión en la adecuada orientación de la familia cubana, un propósito incentivado por el Estado y del que realmente existen escasas propuestas enteramente concebidas desde una altura profesional. Ojalá que Loly Vega nos sorprenda con nuevos proyectos que continúen el tránsito por tan admirable pasión.

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