Los holguineros recordaron hoy el Aniversario 62 de las Pascuas Sangrientas, cuando las navidades de 1956 en Cuba se tiñeron con la sangre de 23 revolucionarios de la antigua provincia de Oriente, asesinados por el puño inicuo de las hordas batistianas.
Con una marcha desde el parque central Calixto García hasta el Monumento a los Mártires de Holguín, se recordó el execrable hecho ordenado por el coronel Fermín Cowley Gallegos, quien fuera jefe del Regimiento Militar de esa zona y satisfizo los deseos del dictador Fulgencio Batista de socavar las fuerzas del Movimiento 26 de Julio y el Partido Socialista Popular que operaban allí.
Con el golpe, la tiranía pretendía evitar la ocurrencia de un alzamiento similar al producido en Santiago de Cuba el 30 de noviembre de ese mismo año para apoyar a los expedicionarios del yate Granma.
La macabra mente de Cowley ideó el plan llamado Regalo de Navidad, que consistió en atrapar y aniquilar a los revolucionarios pasadas las 12 de la noche del 24 de diciembre, cuando estos se encontraban en sus hogares festejando la fecha junto a sus familiares.
La primera víctima fue el joven Rafael Orejón, jefe de Acción y Sabotaje del Movimiento 26 de Julio en la localidad holguinera de Nicaro, quien fue asesinado en la noche del día 23 en la garita de la compañía niquelífera enclavada en ese territorio.
A ese crimen le siguieron el de Pedro Díaz Coello, máximo dirigente en Holguín del movimiento revolucionario, y el de otros opositores a la tiranía como Luis Peña, William Aguilera y Loynaz Echevarría, líder azucarero del poblado de Cueto.
En total fueron ultimados 13 holguineros y 10 tuneros, los cuales sufrieron bárbaras torturas y una vez muertos sus cadáveres fueron dejados en carreteras, zanjas y colgando de árboles, actos atroces que suscitaron un profundo dolor en el pueblo cubano.
El objetivo era propagar el terror entre los revolucionarios del norte oriental e impedir que secundaran a los guerrilleros que ya dejaban sentir sus fuerzas en la Sierra Maestra, pero tras la oleada del terror el movimiento clandestino se reorganizó y muchos de sus miembros integraron las filas del Ejército Rebelde.
El 23 de noviembre de 1957 Fermín Cowley, autor también del asesinato en masa de los expedicionarios del “Corynthia”, pagó sus crímenes al ser ajusticiado en pleno corazón de la ciudad de Holguín por miembros del Movimiento Revolucionario 26 de Julio.