La adaptación de los edificios y del sector de la construcción al cambio climático requiere de acciones contundentes, según un informe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) presentado durante la celebración de la Conferencia de la ONU sobre el Cambio Climático (COP 24), realizada del 2 al 15 de este mes en la ciudad polaca de Katowice.
Pese a los avances observados en la construcción de edificios más ecológicos, el PNUMA alerta sobre la necesidad de que ese sector adopte “medidas drásticas” para reducir sus emisiones de CO2, el principal de los gases de efecto invernadero (GEI) que originan el calentamiento global.
En la actualidad, las emisiones mundiales de GEI provenientes de los edificios constituyen cerca del 40 % del total, además de que representan el 36 % del consumo mundial de energía según el reporte, reseñado por la página digital Noticias ONU.
El informe, realizado en colaboración con la Agencia Internacional de Energía (AIE), advierte que «si el sector de la construcción quiere reducir su huella de carbono de conformidad con los acuerdos internacionales, es necesario que los Gobiernos, las ciudades y las empresas a nivel mundial tomen medidas drásticas» para limitar las emisiones del nocivo gas.
«Los edificios son un motor clave en las necesidades energética y los cambios producidos dentro del sector, como la creciente demanda de aire acondicionado, tienen un gran impacto a nivel mundial en las tendencias energéticas y ambientales», dijo Fatih Birol, director ejecutivo de la AIE.
El sector de la construcción ha conseguido estabilizar las emisiones en los últimos años mediante el desarrollo de nuevas técnicas, herramientas, productos y tecnologías como las bombas de calor, las ventanas de mejor calidad, una mayor capacidad aislante, los electrodomésticos energéticamente eficientes y un diseño más eficiente.
Pero las previsiones de un rápido crecimiento del número de nuevas edificaciones durante los próximos años, especialmente en las ciudades y pueblos de África y Asia, pueden dificultar una transición hacia un menor consumo energético y una baja en la emisión de CO2.
Considerando el previsto incremento de las edificaciones y el alto nivel de emisión de los GEI en el sector, así como su incidencia en el trastorno del clima, el estudio recomienda que las normativas de construcción evolucionen hacia edificios más resilientes al cambio climático y también a los fenómenos meteorológicos extremos.
Por su parte, el PNUMA, a través de su Alianza Mundial para los Edificios y la Construcción, se propone mejorar en un 30 % el uso de la energía en la esfera de la construcción. Su directora ejecutiva, Joyce Msuya, destacó la importancia de conseguir “un gran cambio” en la forma en la que se construyen los edificios.
“Basta con mirar las regulaciones actuales y la calidad de muchas edificaciones para ver qué podemos hacerlo mucho mejor», sentenció la titular de la agencia de Naciones Unidas.