Entre los elementos que más disgustan a la población cubana hoy cuando accede al mercado en busca de productos están los desmanes, las violaciones en el peso, los revendedores en el entorno de las unidades, el maltrato y otros elementos que me llevan a integrarlos en algo así como desprotección.
Hablo de desprotección, porque parecería que existe confabulación, pues son fenómenos de vieja data, que se suceden hoy y mañana, y en cualquier lugar, y contra los que aún no parece haber algún antídoto efectivo.
Sobre esos males presentes en la sociedad cubana debatieron este lunes diputados a la Asamblea Nacional del Poder Popular, y con la asistencia de Miguel Díaz Canel Bermúdez, Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros.
Los miembros de la Comisión de Atención a los Servicios del Parlamento analizaron los resultados de la fiscalización y control que realizaron al cumplimiento de la Resolución 54, del Ministerio de Comercio Interior, que norma la lógica y necesaria protección que deben tener los ciudadanos en su vínculo con el comercio.
Los diputados expresaron que en las visitas realizadas a muy diversas unidades a lo largo y ancho del país pudieron comprobar que varios consejos de dirección del sistema de comercio minorista no pudieron presentar evidencias de los análisis del contenido de la citada Resolución 54 y su instrumentación. Incluso, en algunos lugares ni siquiera conocían el contenido de la misma.
Es una tendencia en prácticamente todos los territorios visitados las violaciones en el peso de los productos, déficit de balanzas, desactualización de su calibración y la obsolescencia de una parte, incumpliéndose en ocasiones el mantenimiento.
El cliente no tiene medios para comprobar el peso de los productos, quedando a merced de lo que le “dicen” los comerciantes. No coinciden las unidades de medición con los precios y la calidad de los productos; son deficitarios los envases para la comercialización de productos y faltan bolsas de nylon en los comercios.
Se reiteró la existencia de revendedores en el entorno de las unidades, muchos de los cuales venden a altos precios productos que no están disponibles en la red estatal.
En una parte de las entidades visitadas no existía moneda fraccionaria para devolver al cliente una vez realizado el pago en efectivo y fue llamativo el hecho que unidades visitadas no entregan el comprobante de pago a los consumidores.
La población manifiesta inconformidades con el sistema de garantías en los artículos electrodomésticos. Expresaron que todos pasan obligatoriamente por el taller y sólo se devuelve el dinero si no logran reparar el equipo, aunque el cliente haya perdido la confianza en el mismo.
Salvo contadas excepciones, es una regularidad el bajo nivel de elaboración de productos en la gastronomía popular, en contraposición al elevado nivel de variedades que se ofertan en entidades no estatales.
Los parlamentarios apreciaron en sus recorridos incumplimiento de buenas prácticas en la manipulación de alimentos en bodegas y centros gastronómicos, mientras que es práctica casi generalizada que la misma persona que comercializa alimentos es quien cobra.
Asimismo conocieron que en el llamado Sistema de Atención a la Familia, no está diferenciado en el plan de la economía la asignación de insumos y equipos tecnológicos para la sostenibilidad del programa.
Pudieron apreciar, además, problemas objetivos que afectan la protección al consumidor asociados a la refrigeración, iluminación, filtraciones, falta de mantenimiento civil, sobre todo en bodegas y la transportación.
La dirección de la Comisión de Atención a los Servicios al examinar los informes de la fiscalización realizada por los diputados comparte el criterio que el tema a debate: Protección al Consumidor persiste en el tiempo, sin que las acciones puestas en práctica por las direcciones administrativas de subordinación local y nacional, lo hayan resuelto.
Si no accionamos desde la base no se resuelve el problema
Al intervenir brevemente en el debate, Miguel Díaz Canel Bermúdez dijo que esas manifestaciones de indisciplina con incompatibles con el presente y futuro del país.
“La solución de los problemas son de todos ―expresó― y hay que estructurarla fundamentalmente en los niveles municipales y provinciales de gobierno. Si no hay control ni orden, si no hay contabilidad, si no existe cultura del detalle, no podemos hablar de protección al consumidor. Como mejor se resuelven estos asuntos es con sistemas integrales de gestión de la calidad”, subrayó.
Las autoridades del Ministerio del Comercio Interior, en voz de Betsy Díaz, su titular, expujsieron críticamente las acciones que emprenden para revertir la situación analizada e informó que en lo que va de año se habían detectado unos mil 230 hechos delictivos.
Entre sus causas destacó la falta de preparación de cuadros y funcionarios, inefectividad del control y lazos de familiaridad entre los que lo aplican, descontrol con los efectivos, largas cadenas de impagos.
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