Ciego de Ávila.— El sóftbol cubano continuará luchando por nuevas victorias y títulos más ambiciosos. Así lo aseveramos con certeza y no embelesado ante un discurso animado, luego de apreciar los hechos que con sudor, entrega y firmeza esculpen los trabajadores de la escuela provincial de esta disciplina. Emocionan los hechos que algunos creen alejados de las medallas. Aquí cada día se juega una final, en la cual los protagonistas no son atletas, sino el colectivo que dirige Miguel Albán Álvarez.
Aclara el guía que hace 10 años que se constituyó como centro especializado en la llamada bola blanda, pues en el pasado compartía su espacio con la academia de hockey.
“Acá asumimos no solo la preparación de los conjuntos provinciales, sino también de los nacionales, que siempre nos escogen. A raíz del título masculino en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Barranquilla existe la idea de pasar a escuela nacional, lo cual nos permitiría mejorar más las condiciones que ya disfrutamos”.
Expresa orgulloso el director, que pocas naciones en nuestra área geográfica atesoran una instalación como esta. “República Dominicana y Guatemala poseen planteles semejantes; sin embargo, esta es superior. Lo hemos comprobado”.
Albán siente orgullo de quienes laboran junto a él, por eso no duda en aclarar que son una familia. “Lo que hoy acopiamos es producto de la labor conjunta. Aquí todos se volcaron en la construcción de la academia, de ahí el amor que se aprecia. Desde el custodio hasta las compañeras de la cocina se sienten cómodos. Es algo incalculable y no muchos lugares pueden lograrlo”, enfatizó.
Una de las joyas de la instalación es el terreno de juego. Verde y bien cuidado invita a saltar sobre él e intentar algún lance.
“Nuestra grama luce envidiable. Los responsables de mantenerla son muy exigentes y no escatiman horas para dedicarse a ella. Es como la niña de su ojos, sino pregúnteles” afirmó el también jefe técnico de la selección nacional de sóftbol, quien se definió como uno más de esta esforzada partida, cuyo lema es: “No existe tarea difícil, sino hombre incapaz”.
La constancia: jit de oro
Carlos Carabelo Delgado es un hombre de acción y enseñanza. Su doble función de profesor y director del conjunto provincial le obligan a estar en la “viva” para que no le “canten” ningún strike.
“Me rijo por el fondo de tiempo programado. En la mañana estoy enfocado en los 23 atletas de la categoría élite, que obtiene tradicionalmente buenos resultados y exige superación constante”.
Atestiguó Carabelo que el próximo año tienen la intención de recuperar la corona nacional entre los hombres, pues la plata del 2018 supo a poco. “Estamos enfocados en rescatar el oro. Santiago de Cuba nos superó, pero ya estamos puliendo los detalles que nos fallaron”.
A pesar del buen camino, el sóftbol avileño precisa robustecer uno de sus cimientos, la captación de talentos. “Desgraciadamente hay un bache. No existe la categoría juvenil y eso nos fuerza a realizar concentrados para que los muchachos con mejores condiciones nutran nuestras filas. Se ha pensado en proyectos infantiles, pero no se concretan todavía. Profesionalidad tenemos para asumirlos”, aseguró quien defiende la idea de que la constancia tributa podios.
El hombre orquesta
Todo director deportivo sueña con tener bajo su mando un hombre que juegue en diferentes posiciones y posea varias herramientas. Eso fortalece al equipo. Este centro lo tiene y se nombra Juan Carlos Vera.
“Hace cinco años que trabajo aquí. Todos dicen que soy el alma de la escuela. Realizo guardia, ayudo a los custodios y auxilio en las tareas que haga falta. Llego a las cinco de la mañana y me voy de noche. Mi esposa pregunta a cada rato si vivo aquí. Siempre le respondo que esta es mi casa”, manifestó blandiendo una sincera sonrisa.
La Escuela Provincial de Sóftbol deja varias notas de interés para el que la visita. Por eso preferimos apropiarnos de una frase que repiten sus integrantes y sin duda les honra: “Los que luchan triunfan”.