Muy complacido y satisfecho se siente José Victoriano Alambarri Herrera. Le asisten poderosas razones como jurista de amplia hoja de servicios y fundador de la Fiscalía General de la República (FGR).
los jóvenes y a todos aquellos que me rodean”, aseveró Alambarri. Foto: Heriberto González Brito
Dialoga pausadamente y, sin perder un detalle, rememora con regocijo su inicio en la vida laboral como sastre en un reconocido taller de La Habana, donde ocupaba el cargo de secretario general del buró sindical.
Transcurrían los primeros años de la década de los sesenta. “En los bajos del local que pertenecía al Sindicato de Trabajadores de la Aguja había un tribunal correccional; yo pasaba por allí y sentí motivación e interés por el conocimiento de las leyes; entonces me fui adentrando en el mundo de las ciencias jurídicas”, comentó.
Anduvo el tiempo y alguien descubrió sus potencialidades en tal sentido. Fue seleccionado para ejercer como juez en los Tribunales Populares del municipio de La Habana Vieja.
Recibió preparación, laboró en el Ministerio de Justicia como asesor en los regionales Plaza y Boyeros y, posteriormente, se incorporó a la FGR desde su fundación, el 23 de diciembre de 1973.
Egresado de cursos en la otrora Unión Soviética y en Nicaragua, y de la Facultad de Derecho de la Universidad de La Habana, no han sido pocas las responsabilidades desempeñadas por Alambarri, las cuales han estado relacionadas con procesos civiles, centros para menores sin amparo familiar y el control de la legalidad en los establecimientos penitenciarios, por solo mencionar algunas tareas, y actualmente como fiscal del Departamento de Cuadros de la Fiscalía Provincial de La Habana.
No por azar los jóvenes colegas lo conocen por “el profe”. “Ellos y los estudiantes de Derecho me tratan con mucho respeto y cariño. No puedo excluir a nadie y los ayudo en todo lo que pueda serles útil.
“Les digo que pongan en práctica el concepto de Revolución expresado por nuestro Comandante en Jefe porque ahí encontramos valores éticos y morales que contribuyen a darle cumplimiento al legado que nos dejó y a trabajar con la calidad requerida”, argumentó.
Al mismo tiempo agrega: “Con el pueblo, del cual nosotros también formamos parte, hay que poner en práctica las enseñanzas de Fidel”. Hay sentido didáctico en sus palabras al enfatizar que “cuando atendemos a alguien que viene a nosotros, debemos tener en cuenta tres cosas: paciencia, escuchar y sensibilidad.
Hay que ponerse en el lugar de esa persona y cuando la orientamos bien, se siente agradecida”.
En marzo venidero Alambarri arribará a su cumpleaños 85. “La vida me ha dado la oportunidad de adquirir la experiencia y tener la suerte de poder transmitirla a los jóvenes y a todos aquellos que me rodean. Siempre les digo también que es muy importante la discreción en todo momento porque es consustancial a la ética y eso hay que ponerlo en práctica.
“Nadie está por encima de la ley; tenemos que velar por el cumplimiento de lo que legalmente está establecido, algo que en toda sociedad prevalece y esa es la responsabilidad que nos ocupa a los fiscales”.
Aflora una sonrisa al afirmar: “Al aniversario 45 de la Fiscalía General de la República llegaré muy complacido y con el agradecimiento a todos mis compañeros. Ellos han contribuido a que aún me mantenga en una institución a la cual le he dedicado la mitad de mi vida”.
